PUEBLA, MÉXICO.- Contagiar al lector de ciertos estados de ánimo que no se perciben habitualmente en la vida contemporánea, es lo que el escritor Alejandro Badillo busca compartir desde La habitación amarilla, su más reciente obra que será presentada en próximos días en la Feria de Libro de San Andrés Cholula (FELISACH).
Publicado bajo el sello de la Dirección General de Publicaciones de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el libro está compuesto por seis cuentos que van desde la premonición de un hombre, la vida de una joven pareja, la incertidumbre un grupo de personas, hasta la historia de un personaje que escribe el mismo libro del que es parte.
Aunque cada uno con temáticas diversas, todos ellos tiene un mismo hilo conductor: aparece cada vez una habitación amarilla como un personaje-ambiente más al rededor del cual transcurren los hechos.
“Reconstrucción”, una novela para enfrentarse a la incertidumbre: Alejandro Badillo
En entrevista con LEVIATÁN, el ganador del Premio Nacional de Narrativa “Mariano Azuela” (2015), mencionó que desde el inicio de la obra, que comenzó a escribir desde hace un par de años, buscó uniformar el estilo, prosa y lenguaje parecido, no pensando en temas similares para ellos, “más allá de las famosas propias obsesiones” que resultó ser una curiosa habitación.
“Para La habitación amarilla dije: ‘bueno, que no sean los personajes que se repitan como universos alternativos, sino una habitación que detone diferentes anécdotas o cambios en la vida, o que los personajes de repente pasen de una escenario realista a un escenario surrealista, absurdo, kafkiano. Vamos a intentar que la habitación esté en cada uno de los cuentos'”.
Fue un reto constante, afirmó, hacer que la presencia de esta habitación en cada una de las historias no se viera forzada.
Sobre el color amarillo, dijo que además del gusto por la sonoridad de la palabra, buscó un color diferente a los típicos blanco o negro instalados como antagónicos en la cultura popular, y más bien hacer una especie de “tratado” para darle una lectura simbólica como “algo maligno, incómodo, como si fuera la luz eléctrica, como el sol, algo que te incomoda”.
“El color amarillo no es algo que te dé mucha tranquilidad en los espacios, digamos una casa, de un lugar público. Entonces traté de que el lector interpretara de una manera sutil, simbólica, ese color, y que lo fuera relacionando con lo que pasaba en los cuentos”.
Para la creación de los cuentos, añadió Badillo, tomó como inspiración dos elementos: un análisis del historiador de arte Simon Schama sobre la pintura “Guernica” de Pablo Picasso, donde destaca un elemento en él que es una mezcla entre un ojo y el filamento de un foco, como un “ojo maligno de la electricidad”.
“Me vino a la mente eso y el color amarillo, que es como esa luz que te mata y que te deslumbra, que te mantiene preso, te incomoda”.
Además, un capítulo de Moby Dick donde Herman Melville habla del color blanco asociado a la maldad o muerte, contrario a la idea occidental del blanco como trascendencia y pureza; por lo que buscó hacer su propia interpretación del color.
El también autor de El clan de los estetas indicó que también a lo largo de su obra se ha inspirado en otros grandes autores como Jesús Gardea, Jorge Luis Borges o Samuel Beckett.
DESASOSIEGO
Con éste, su más reciente libro de cuentos, y en la generalidad de su obra, Alejandro Badillo señala que le gusta detonar sensaciones de desasosiego, soledad, extrañeza, un lado b del mundo y elementos que habitualmente no se está acostumbrados a ver.
Por ello, trata de contagiar al lector estados de ánimo; transmitir a través del lenguaje, cierta sensibilidad de algunas atmósferas y momentos que “no son agradables o de felicidad, pero que a mí me gusta habitar”.
“Me gusta dar una sensación de escape, no como especie de evasión de la realidad sino al contrario, que el lector tome conciencia de su lugar en el mundo a partir de historias que le hagan pensar qué hay más allá”.
