Fotografía: Magdiel Olano

Irma Xóchitl Cuauhtémoc analiza apellidos nahuas de Puebla, senderos hacia nuestra cultura originaria

En MIXCOATL Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Aunque el proceso de castellanización redujo el uso de las lenguas originarias, éstas todavía persisten a través de vocablos utilizados diariamente, como los apellidos. Y es que éstos no son “simples palabras del pasado, sino expresiones vivas de la lengua que acercan a una forma propia de mirar el mundo”.

Así lo es para Irma Xóchitl Cuauhtémoc Xicoténcatl, una lingüista del municipio de Cuautlancingo, Puebla, quien motivada por rastrear la raíz de sus propios apellidos, encontró toda una estructura del valor de la cultura originaria de las comunidades del valle poblano-tlaxcalteca, abundante en apellidos en náhuatl.

Fotografía: Magdiel Olano

Como nahua hablante y doctorante en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ISCyH BUAP), Xóchitl es promotora, defensora y difusora de las 68 lenguas originarias que existen en el país, no solamente desde la investigación sino también desde la práctica de actividades lúdicas para las infancias, jóvenes y adultos.

Autora del libro Nahuatocaitl. Apellidos nahuas de Puebla, senderos hacia nuestra cultura originaria, recientemente participó en la Feria Nacional del Libro (Fenali) BUAP con el taller Mah timomachtiah nahuatlahtolli ican totoca (Aprendamos náhuatl con nuestros apellidos).

A través del juego, la también poeta bilingüe y colaboradora de medios de difusión como Radio BUAP y Cholollan Radio, invita a padres, madres, niños y niñas de todas las edad a reconocer el valor de las llamadas lenguas indígenas.

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FOMENTO Y REVALORACIÓN

  • ¿Cómo comenzó en el fomento y revaloración de las lenguas originarias?

En mi experiencia es muy importante porque en mi comunidad los abuelos hablaban la lengua. Sin embargo, por la discriminación se dejó de hablar y las nuevas generaciones fuimos ya educados en español; pero nos quedan nuestros apellidos en lengua náhuatl y a partir de eso empezamos a retomar la lengua.

  • ¿Por qué es importante su revaloración, recuperación y fomento?

Cada lengua representa una forma propia de mirar el mundo, si nosotros la perdemos es como si perdiéramos una forma muy específica de observar nuestro entorno.

Además, en nuestro país contamos con una gran diversidad de 68 lenguas originarias y 364 variantes lingüísticas, que hace a nuestro país de los más diversos. En el caso de nuestra región, está presente en nuestros apellidos y por eso creo que es muy importante darle reconocimiento y el valor de nuestra cultura originaria.

  • Las prácticas lúdicas son el vehículo de tu forma de fomento a los idiomas originario, ¿por qué?

La intención es que los niños se acerquen al conocimiento de la lengua porque muchas veces en las escuelas no se dan estos contenidos, siempre la información que se da es en español porque hay una mirada monolingüe en nuestro país ya que se ha tratado de eliminar esa diversidad lingüística. Los niños no vienen (a los talleres) solos, van acompañados de algún adulto: sus papás, hermanos, primos; y es importante que, para que el niño logre desarrollar el conocimiento e interés por esta lengua, lo hagan junto con su familia, quienes son también partícipes importantes en esa promoción de la cultura originaria.

  • Eres originaria de Cuautlancingo, una población aunque cercana a la capital del estado -donde ya prácticamente se perdieron las lenguas originarias-, aún se habla el náhuatl…

Sí, en las zonas conurbadas como Cuautlancingo, San Andrés y San Pedro Cholula o Coronango se dio un genocidio lingüístico muy acelerado por la cercanía con las grandes ciudades, especialmente con la de Puebla que fue fundada por y para españoles; sin embargo, la población indígena es la que construyó esta gran ciudad y a final de cuentas la población indígena es quien mantuvo los lazos sociales.

En todas estas comunidades todavía hay fuertes raíces ancladas a la cultura indígena, en nuestros pueblos se tiene mucho miedo de utilizar esta palabra porque fue utilizada de manera despectiva, se utilizó para ofender a las personas, es una palabra que a veces no se acepta. En cambio, buscamos reivindicarnos como pueblos originarios y al recuperar la lengua también estamos recuperando nuestro territorio, nuestros recursos naturales, nuestra cultura, que se reconozcan, otras formas de educación, que se reconozcan, otras formas de alimentación, y se vuelve un complejo que nos permite reconocer esa cultura originaria tan valiosa que tenemos.

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  • ¿Qué decirle entonces a quienes no son hablantes de alguna lengua originaria?

Que se atrevan a conocer otras lenguas, no solamente el náhuatl, otomí, zapoteco o el mixteco, hay 68 lenguas originarias, que se acerquen a conocerlas, a que aprendan un poco, a que reconozcan su valor y que a partir de eso puedan entender que nuestro país es un país pluricultural, megadiverso y esa diversidad lingüística nos dota de una identidad muy particular que no tiene porqué encasillarse.

  • ¿Y a quienes sí hablan lenguas originarias?

Que no se avergüence de hablar su lengua, que no se avergüence de transmitirla a sus hijos y que la sigamos revalorando, conservando ya que eso es la resistencia de nuestro pueblo.

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