Fotografía: Magdiel Olano

“Arrullo de luciérnagas” reúne cantos, nanas y arrullos en lenguas originarias de Puebla

En MIXCOATL Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Cobijados por un rebozo cargado en la espalda, a cualquier hora del día y durante las labores del hogar, las mamás de las comunidades originarias solían arrullar a sus bebés mientras entonaban un cántico en náhuatl y otomí. Si bien esta práctica continúa, no existía un trabajo de documentación que recopilara la tradición oral de estos cantos en lenguas indígenas.

Por esta razón surgió “Arrullo de luciérnagas”, un libro que reúne cerca de 20 cantos, nanas y arrullos tradicionales en las siete lenguas originarias que se hablan en Puebla.

Realizado por cerca de 17 mujeres promotoras culturales de la entidad en coordinación con el programa Alas y Raíces de la Secretaría de Cultura federal, el libro retoma las lenguas ñühü (otomí), ngíva (popoloca), tutunakú (totonaco), lhima’alh’ama (tepehua),  da’an davi (mixteco), an ngui chikjuu (mazateco) y el náhuatl de las zonas centro y nororiental del estado.

Dicha recopilación de cantos va dedicada a las y los bebés y tiene como objetivo “trascender las fronteras para que nuevas voces canten y valoren estas palabras que entretejen y preservan la cultura, pero también las múltiples historias, como señaló durante una presentación virtual Emilia Arroyo Pelico, una de las compiladoras.

“Estas recopilaciones nos ayudan a que no se olviden, a que la memoria, la resistencia y los deseos de los corazones estén tan profundos y que no solamente nosotras como madres o como cuidadoras, sino fomentar una crianza amorosa, que nosotros siempre hemos llevado en este gran proyecto”.

Al señalar que estos textos son “cantos-semillas”–ya que en algún momento serán significativos en la vida de quien los escuche–, mencionó que la intención es difundir los arrullos de los pueblos originarios y promover la creatividad desde la exploración de los lenguajes artísticos.

Llamarlo “Arrullo de luciérnagas”, continuó, surgió porque la luciérnaga es una constante en cada uno de los cantos, pero no solo como un personaje sino como un elemento metafórico.

“La luciérnaga es un compañero de la noche, representa la magia, la luz, la ternura, la poesía y anuncian la llegada de la noche”, comentó”.

Para Emilia, esta recopilación también es una inspiración para que más gente, más cuidadoras, más mamás compartan cantos y se construya una crianza en armonía con las infancias.

“El objetivo no sólo es la recopilación, sino que sigamos fomentando estos acercamientos porque no solamente es la construcción de cantos, también las caricias tienen que ver mucho con una relación afectiva, la sonrisa, la mirada, el propio canto, el sonido de las aves. Entonces, creemos que nosotras somos quienes debemos seguir fomentando espacios de confianza y amor para con los bebés”.

Para reunir las nanas, explicó que se trabajó en diferentes comunidades del estado, como San Pablito Pahuatlán, San Felipe Otlaltepec, Izúcar de Matamoros, San Jerónimo Xayacatlán, Mecapalapa, Pantepec, Huehuetla, Zapotitlán de Méndez, Cuetzalan, San Sebastián y Tlacotepec.

Además, como parte del proyecto se realizaron jornadas de revitalización de la lengua por medio de talleres de lengua y fomento a otras prácticas identitarias y de saberes locales, como el bordado, música, elaboración de pan, máscaras, así como talleres de crianza afectiva con madres y padres.

EL APUNTE

Ilustrado por Amanda Mijangos y Armando Fonseca, el libro que es de distribución gratuita por medio de las secretarías de Cultura federal y estatal, cuenta con un repositorio sonoro digital, donde se pueden escuchar los cantos: https://anchor.fm/arrullodeluciernagas

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