Fotografía: Magdiel Olano

“Ya me voy”, el derrumbe del sueño americano

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- “Nunca ha existido el sueño americano, nosotros vamos a jodernos, a fregarnos, vamos a tratar de ganar dinero para mandarle a nuestras familias”, asegura Felipe Hernández, protagonista del documental Ya me voy que cuenta la historia de un migrante y su odisea por regresar a su casa en México.

Ya me voy (2018) fue realizado en la ciudad de Nueva York bajo la dirección de Lindsey Cordero y Armando Croda Naveda, que se desarrolla mientras el personaje principal, Felipe, recorre las calles de Brooklyn reflexionando sobre el destino de su vida, la familia, el hogar, la soledad y el amor.

En entrevista con LEVIATÁN durante el estreno nacional que se llevó a cabo este fin de semana en la Cinemateca “Luis Buñuel” de Casa de Cultura en Puebla, Felipe de Jesús Hernández Salas comentó que la complicada situación que viven los migrantes mexicanos en el transcurso por llegar a los Estados Unidos es sólo el primer reto al que se enfrentan, pues estando “del otro” terminan destinados a la desolación.

Esto por enfrentar situaciones de discriminación, barreras de lenguaje, los pesados trabajos y jornadas dobles o triples que tienen que soportar para mandar el dinero a sus familias, cuando éstas terminan por olvidarlos y ven en ellos sólo la parte económica.

Armando Croda, director y productor del documental, señaló que para ellos era muy importante abordar el tema desde “el otro lado de la moneda”, ya que la mayoría de las historias de migración están enfocadas en la travesía de lo migrantes y sus dificultades; sin embargo, una vez que están allá se olvidan.

“Ya que lo logran, como que tenemos esta idea romántica de que de que barren billetes verdes y de que mandan lo que les sobra, de que viven muy bien, hacen otras familias y que a veces se acuerdan de los de aquí, cuando en realidad no es así”.

Por ello, con la película quisieron retratar y dignificar la vida del migrante que va a sacrificarse, a vivir una vida dividida, hacer muchísimo sacrificios, estar completamente solo sin su familia, a mandar todo el dinero que ganan, y sobrevivir en un sitio donde mantenerse es muy caro:

“Nos parecía que hacía falta dignificar esta figura del migrante que sostiene las familias de México y que además construye las ciudades en Estados Unidos; también era importante desde el punto de vista de los norteamericanos, estadounidenses, que vieran quiénes son nuestros migrantes que hacen todo este trabajo tan duro”.

El filme se estará presentando en salas de 11 ciudades de la República mexicana, por lo que Lindsey Cordero, co-directora  del trabajo fílmico, invitó a apoyar al cine nacional, pues es muy importante para películas como esta, de corte independiente, que que tengan esta oportunidad de verse en salas.

BÚSQUEDA Y FRACASO

¿Cuáles fueron los mayores retos que tuvo?

Felipe (F): Pues sí primero el idioma que no es el nuestro porque pues es difícil el idioma, la comida, hacer un cambio drástico de comer tus tortillitas con una salsita y luego llega a comer papas con pollo nada más y sin tortilla como que entonces pues sí afecta.

En su caso, ¿cómo fue el cambio y cómo enfrentarlo?

F: Yo digo que que cambia todo el rol de una vida pues es difícil para uno adaptarse al principio, sí se adapta uno a lo largo del tiempo, pero siempre se sufre. Entonces, todo está en lo capaces de aguantar el sufrimiento, pues andas buscando compañía en una pareja, una amistad o de varias amistades así como lo yo lo hacía.

¿Diría entonces que en algún momento se derrumba el llamado “sueño americano”?

F: Nunca ha existido el sueño americano, nosotros vamos a jodernos, a fregarnos, vamos a tratar de ganar dinero para mandarle a nuestras familias y el sueño americano no existe”.

¿En qué sentido podemos entender está afirmación, pues vemos mareas de gente yendo justo a buscar ese sueño?

F: Yo iba a buscar el sueño americano, pero ya para mí no existe.  Si fuera un sueño americano nomás va uno a pedir, estirar la mano y que le dieran el dinero, pero no es así, uno tiene que sobresalir porque el gobierno no genera empleo, nuestros gobiernos no generan empleo, entonces buscamos la manera aunque suframos penas como las mujeres violaciones en el trayecto o unos llegan bien, otros quedan en el intento, llegan a morir ahogados, en el desierto por el calor, por el frío; si lo lograste bien, si no eso es un precio muy alto. No creo que la muerte valga la pena.

¿Volvería a repetir la experiencia de migrar a otro lugar?

F: No sé, la verdad lo pensaría dos veces para buscar ese el “sueño americano”, entre comillas; no lo sé, lo pensaría dos veces, tal vez sí tal vez no.

¿Qué le diría a aquellos connacionales que van en busca de este ideal?

F: A todos los migrantes que quieran ir al otro lado que lo piensen dos veces, deja uno los hijos chiquitos y familia y luego la soledad que nos invade allá pues hace que dejamos esta familia, agarramos otra y yo creo que eso no se vale al menos de mi parte. Yo traté de no de no cambiar a la familia… a lo mejor tuve mis andanzas, pero no no como para cambiar a una familia.

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