Fotografía: Magdiel Olano

“Tormenta de mayo”, novela gráfica sobre lo que pasa cuando “no pasa nada”

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Tormenta de Mayo es el nombre que recibe la cuarta obra de la tapatía Paulina Márquez, con la cual se hizo acreedora del Premio Nacional de Novela Gráfica 2019 de la editorial Tierra Adentro, y que recientemente se presentó en la Biblioteca Central de la BUAP.

El libro narra la historia de Manu y Dani, dos niños que viven en un pequeño pueblo junto a un río en medio del bosque donde se muda una niña llamada Isabel que viene de la ciudad.

En entrevista con LEVIATÁN, Paulina Márquez mencionó que la intención fue describir el ambiente de ese pueblo, un lugar muy tranquilo con mucha naturaleza y  donde pasan muy pocas cosas, lo cual nace de una experiencia que tuvo cuando era estudiante de preparatoria e hizo un viaje a un pueblo  de Jalisco, pues “me marcó mucho la experiencia porque realmente no pasa nada”.

Señaló que la parte más complicada durante el desarrollo de la obra fue la escritura, al crear un guión, ya que su poder creativo radica en la gráfica: “es que a mí no me gusta escribir me gusta más dibujar”.

EL RETO 

Quien estudió Animación y Arte Digital en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en el campus de Guadalajara, dijo que fue un gran reto culminar el libro en un período de 5 meses como estipulaba la editorial, siendo que el promedio para una obra del estilo estima un tiempo de dos años, pues éste requiere de un trabajo distinto al de la escritura.

En ese sentido, mencionó que habría que  valorar la novela gráfica desde la relación de la imagen y el texto, en la cual los dibujos tienen un pesó mucho más importante, de tal modo que la famosa discusión de “si el cómic es literatura”, lo considera una terreno poco fértil ya que no cabría la comparación:

“El problema de comprarlo con la literatura es que comprar una obra que es imágenes y texto con otro que sólo es texto es que son dos cosas completamente diferentes (…) Creo que se necesita aprender a evaluarlos diferente”.

Desde su experiencia, señaló que tanto el cómic como la escritura no deben confundirse por el hecho de que ambos manejan el formato de “libro”, dos medios de comunicación diferentes desde los cuales pueden abordarse las mismas temáticas pero con impacto en la audiencia muy distinto:

“La novela gráfica terminó entre la literatura porque el formato es de libro pero realmente pudo haber estado en las artes visuales, aunque realmente es una experiencia completamente diferente, no es comparable”

Así, la también autora del cómic Puertas, publicado por Periferia Cómics, puntualizó que se tiene que la novela gráfica se tiene que legitimar como medio en el sentido de que el cómico —o “novela gráfica” como, dice, han catalogado las editoriales como mera estrategia comercial— es igual de importante que la literatura, pero si se necesitan diferentes formas de observarla.

Lo que sí consideró, es que hace falta que los creadores exploren otros géneros y exploten otras temáticas “profundas” dentro del ámbito de la novela gráfica para llegar a otras audiencias, y no sólo como usualmente se considera como para públicos jóvenes o infantiles:

“Personalmente lo veo como un ejercicio que no vale tanto la pena (decir): ‘es que una novela escrita es mucho más profunda’. No, las dos pueden ser igual de profundas”.

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