Fotografía: Especial

ZAPPING | Good Omens: El final está cerca

En COLUMNAS Shanik David

El fin del mundo, el final de los tiempos, el apocalipsis. Hayamos sido criados en la religión católica o no, todos hemos escuchado estas expresiones a lo largo de nuestra vida como algo de lo que deberíamos estar temerosos, porque cuando llegue el momento ni los muertos se salvarán (con eso de que los muertos se levantarán, aunque desde hace años me pregunto cómo lo harán las personas cremadas, pero divago).

La cuestión es que el fin de los tiempos es inevitable y trágico… o al menos eso es lo que se ha dicho por siglos.

Pero, ¿qué pasaría si la humanidad tuviera aliados? ¿Qué pasaría si integrantes de los bandos que han estado en guerra desde el principio de los tiempos se unieran para detener todo y darnos otra oportunidad?

Esta es la idea detrás de Good Omens, la nueva serie de Prime Video (el sistema de streaming de Amazon), basado en la novela homónima de Neil Gaiman y Terry Pratchett, en la cual un demonio y un ángel, que han vivido en la tierra desde su creación (hace unos seis mil años y no millones de años como dicen los científicos, según se aclara al inicio de la historia), quienes buscan detener en menos de una semana el apocalipsis.

Para esto, deben encontrar al anticristo, que es un niño de 11 años que vive en un pueblo de Inglaterra, y detenerlo de cualquier forma posible, en una carrera en la que hay ángeles, demonios, monjas, brujas, cazadores de brujas y perros infernales.

El tono de la serie a ratos es ridículo (en el mejor sentido de la palabra) y a ratos es oscuro, lo cual para algunos les podrá parecer un tanto rato, pero para mí es la combinación perfecta. Tiene un humor que va de lo negro a lo ridículo en dos segundos, que te hace pensar de inmediato en las influencias que Monty Python tuvo en la comedia inglesa (los dos escritores del libro original son británicos).

El libro se publicó originalmente en 1990, y aunque hubo muchos esfuerzos por llevarlo a la pantalla chica o grande, fue tras la muerte de Pratchett hace unos años que Gaiman se comprometió a cumplir el sueño de su compañero, y trabajó con Amazon para la creación de la miniserie, pues incluso él mismo adaptó el guión.

Sumado a una historia bizarra, llena de críticas sociales y, hasta cierto punto a ciertas concepciones católicas, como la idea de qué hace a uno bueno y qué lo hace malo, todos los actores son geniales.

Desde David Tennant como el demonio Crowley y Michael Sheen como el ángel Aziraphael, hasta el elenco secundario como Jon Hamm como el ángel Gabriel, Michael McKean como un viejo cazador de brujas en un tiempo en el que las brujas ya no existen, y hasta Frances McDormand quien es la voz de Dios que narra toda la historia, con ese tono sarcástico e irónico que de por si la identifica en la vida real, no hay ningún persona o actor que sobre.

Por desgracia, o tal vez por fortuna, son sólo seis capítulos de la miniserie, los cuales se pueden ver con calma en un fin de semana sin mayor complicación; en lo personal, la primera mitad del capítulo 3, en donde vemos la historia de Crowley y Azaraphael a lo largo de los seis mil años de la Tierra, es el mejor momento de la serie, lo cual ya es decir mucho.

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