Fotografía: Magdiel Olano

Dos meses y ocho países después, Frantz queda varado en Puebla

En ESPECIALES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- En octubre pasado, Frantz y su familia decidieron dejar Brasil, el país donde vivían, para embarcarse junto a miles de migrantes centroamericanos en un viaje hacia el norte del continente en busca de una vida mejor. Después de dos meses de trayecto y ocho países recorridos no la han encontrado.

Hace cinco días Frantz llegó a Puebla. Fue uno de los cientos de personas que el Instituto Nacional de Migración (INM) trasladó de Tapachula, Chiapas, al Polideportivo de Xonaca, donde el gobierno de México se comprometió a otorgarles visas humanitarias.

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Como otros de los migrantes que están llegando a Puebla, expresa su preocupación por quienes integran la caravana, muchas mujeres embarazadas, niños y población vulnerable, quienes sin preferencia son tratados por igual..

Con 32 años de edad, una esposa y dos pequeños hijos de 5 y 2 años, el joven haitiano espera impaciente en este estado de República, desconocido para él y muy alejado de su país natal, a que se regularice su situación como persona migrante.

Fotografía: Magdiel Olano

ESPERANZA LLAMADA MÉXICO

La mayoría de quienes lo acompañan en la caravana se desplazan en búsqueda de llegar a los Estados Unidos. No así Frantz ni su familia, quienes esperan obtener refugio en México y quedarse en este país.

“Yo no tengo visión para Estados Unidos, yo ando buscando un refugio para vivir. Estados Unidos no tiene refugio, tiene mucha prohibición. Yo he dejado Brasil para buscar una vida mejor, pero en Estados Unidos no”, expresa preocupado y mezclando vocablos del portugués al poco español que sabe.

Ello corrobora lo que expertos ya han advertido con anterioridad: en los últimos años México ha cambiado, ya no sólo puede concebirse como un país expulsor y tránsito de migrantes, sino cada vez más como un lugar de destino.

A las ya precarias condiciones en las que vivía en Brasil, donde trabajaba en una ensambladora de  automóviles, se sumó la crisis económica que trajo consigo la pandemia del nuevo coronavirus. Así, la  falta de seguridad financiera  que le impedía solventar sus gastos y los de su familia, lo orillaron a desplazarse a otro territorio.

Comenta que ahora se encuentran en México ya sin dinero para continuar en la búsqueda de un mejor lugar para subsistir, por lo que permanecerá en espera de que el INM le dé una visa con la cual pueda solicitar trabajo como extranjero.

Fotografía: Magdiel Olano

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