Fotografía: Especial

5 de Mayo, celebración de la mexicanidad de los chicanos

En ESPECIALES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- La Batalla del 5 de Mayo es una celebración binacional puesto que, desde 1863, se conmemora en Estados Unidos, habiendo en Utah una tradición muy importante que tiene lugar en el Centro Cívico Mexicano, donde se congregan las comunidades de connacionales desde 1935.

Así lo aseguró el cónsul en Salt Lake City, Utah, José Borjón, durante la conmemoración virtual del acontecimiento histórico que llevó a cabo la Secretaría de Cultura, donde dialogaron especialistas de los museos INAH y los cónsules de México en Denver, Las Vegas y Boise.

Durante el evento coorganizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Borjón señaló que, más allá de un logro militar, la fecha representa un momento donde los mexicanos mostraron al mundo el compromiso, sacrificio e integridad en la defensa de la patria.

En el mismo sentido, Julián Escutia Rodríguez, cónsul en Las Vegas, Nevada, coincidió en que esta celebración es muy popular en Estados Unidos, pues desde la década de 1960 el movimiento chicano y los mexicoamericanos, en su búsqueda de fortalecer su identidad y vínculos con el país, buscaron una fecha emblemática para celebrar su “mexicanidad”.

Al abordar el contexto histórico que desembocó en la Batalla de Puebla del 5 de Mayo de 1862, Berenice Rendón, representante consular en Denver, Colorado, subrayó que tras la lucha de Independencia el país fue escenario de una serie de problemas políticos a causa de diversos grupos que se disputaban el poder, lo cual dio pie a la intervención estadounidense que terminó en 1848 con la pérdida del 55 por ciento del territorio nacional.

Aseguró que la decisión de intervenir militarmente México encarnaba también la búsqueda de Francia por contrarrestar el creciente poder de Estados Unidos, y consideró que el mensaje que el general Ignacio Zaragoza envió al presidente Benito Juárez, tras la victoria del ejército mexicano ese 5 de Mayo de 1862, entraña valores que hoy son la base de nuestra política exterior.

“Deseo que nuestra querida patria, hoy tan desgraciada, sea feliz y respetada por las naciones”, dictó el mensaje del general en ese entonces.

Además, destacó la unidad de los mexicanos frente a una invasión extranjera por la defensa de la independencia y soberanía, así como la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos.

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