Fotografía: Daniel Casas / EsImagen

Entre polémicas declaraciones debaten sobre reconocimiento laboral a la prostitución

En ESPECIALES Magdiel Olano

MÉXICO.- El debate del mercado sexual no solamente es un problema del patriarcado que involucre a los hombres como consumidores de cuerpos femeninos, sino también a las mujeres como trabajadoras sexuales y como consumidoras, consideró la feminista y Premio Nacional por la Igualdad y la No Discriminación, Martha Lamas, al defender el trabajo sexual durante un debate virtual con la académica Melissa Fernández.

“Para mí no es un problema de los hombres malditos calientes que anda buscando en dónde desahogarse, para mí hay todo un tema con el deseo y la sexualidad de las mujeres, yo no puedo ver el tema de los mercados sexuales como un problema. Veámoslo no solamente como un problema de hombres-clientes con trabajadoras mujeres, veámoslo como un problema de hombres con hombres, mujeres con mujeres, personas trans con identidades normativas distintas”.

En el debate virtual “La prostitución es un trabajo y debe ser tratado como tal” convocado por la asociación En Esta Esquina, la también nominada para el Premio Nobel de la Paz en 2005 defendió la prostitución como un trabajo sexual e invitó a hacer una reflexión sobre la sexualidad instrumental y “respetar las formas que las gentes encuentran para sobrevivir, para ganar dinero y para desarrollarse”.

Destaca que durante su intervención, la antropóloga hizo referencia a lo que colectivos feministas denominaron “naturalizar el abuso sexual”, con posturas como que en la “crisis civilizatoria hay muchas personas solas que están en la necesidad de comprar compañía”; que el abolisionismo trate de generar un cambio a partir de la prohibición donde políticamente las mujeres van contra de los hombres, lo cual deja fuera a las mujeres consumidoras; o que dentro del discurso de la sexualidad instrumental se “invisibilice al cliente”.

LA POLÉMICA

Sin duda lo que causó mayor inconformidad fue el hecho de que justificó que los hombres sean consumidores porque “tienen esposas frígidas”, al punto de que colectivos feministas como Las Brujas del Mar cuestionaron por redes sociales su adhesión al feminismo:

“Y cómo funciona el patriarcado en las mujeres también, porque muchos de los hombres que van con trabajadoras sexuales son porque tienen esposas frígidas, y son porque una doble moral que ha dividido a las mujeres en decentes y en putas y que también ha impedido que las mujeres asuman su deseo”, mencionó Martha Lamas.

ASIMETRÍAS

Por su parte, la también feminista e investigadora Melissa Fernandez consideró que históricamente ha existido una asimetría entre hombre y mujeres para el trabajo sexual, pues mayormente son las mujeres las que lo brindan y el hombre el que paga, lo que implica una mercantilización del cuerpo y una sexualidad subordinada con cuerpos atravesados por la racialidad y la clase social.

Por ello, invitó a mirar a la inversa el consumo sexual, es decir, en términos del capital, que “no hay oferta sin demanda” y desviar la mirada de quienes la ejercen para mirar de forma directa a los consumidores y “poner en tela de juicio el derecho que tienen los hombres a saciar su deseo por sobre lo que sea”.

Durante el debate, ambas académicas coincidieron en la crítica al capitalismo, donde consideraron que si hubiera un ingreso mínimo monetario no habría necesidad de ejercer el trabajo sexual; aunado a ello, que existe una desigualdad laborar.

Finalizaron en que hace falta hacer un debate público en el que se involucren no solamente académicos, sino también las mujeres que ofrecen servicios sexuales, consumidores, hoteleros y políticos.

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