Fotografía: INAH

¿Cuál es el templo de Cuautinchan y por qué es importante su restauración?

En CAMALEONES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- El Templo de San Juan Bautista es un antiguo conjunto conventual ubicado en la localidad poblana de Cuauhtinchan, que resultó dañado durante los temblores de 2017, situación que puso en riesgo su arquitectura histórica y, por ende, estuvo en un estado de emergencia.

Dicho inmueble religioso, junto con los de Tepeaca y Tecali, también en el estado de Puebla, forma parte del “triángulo de oro” de los conventos franciscanos del siglo XVI.

Como otros pueblos del país fue durante el periodo de la conquista española que la población tuvo su conversión a la religión católica, entre 1527 y 1528 bajo la dirección de fray Juan de Rivas, según documenta la Mediateca INAH.

La construcción de su monasterio inició por los religiosos franciscanos alrededor de 1527, fue en fechas muy tempranas, pues aún no se edificaba la ciudad de Puebla. Aunque la iglesia se construyó después, entre los años 1569 y 1593.

El atrio cuenta con cruz labrada que data de 1554, la fachada principal de la iglesia tiene dos torres a los lados, una de ellas semidestruida. En su interior resguarda obras de arte sacro, como los muros decorados al fresco hechos con manufactura indígena, y los cuales representan la anunciación del Arcángel San Gabriel a la Virgen María.

Su rasgo más distintivo es que cuenta con el retablo testero posiblemente más antiguo de América, el cual se localiza en el altar mayor con pinturas de diferentes santos en las partes laterales.

LA RESTAURACIÓN

En el 2017, el Templo de Cuauhtinchan fue uno de los más de tres mil edificios patrimoniales que se dañaron en varias partes de la república mexicana debido a los sismos de septiembre de ese año, por lo que desde entonces permanecía cerrado.

En el 2020, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en conjunto con otras asociaciones de la comunidad comenzaron los trabajos de restauración que incluyeron  la protección de bienes muebles, retablos, púlpito y órgano.

Previo a ello, el proyecto de intervención llevó un año en su elaboración, entre estudios, análisis, revisiones, correcciones y aprobación.

En este año 2022 se concluyó la primera etapa de restauración con una inversión de 11.5 millones de pesos más 4 millones de pesos para la intervención de bienes muebles, por lo que una parte del inmueble se reabrió para la comunidad tras cinco años de haber estado cerrado.

La restauración incluyó en las torres campanario sur y norte, la fachada principal, en agrietamientos de bóvedas, muros, entre otros, misma que fue entregada por la propia secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto.

Debido a que las obras no han terminado, se mantienen protegidos los retablos laterales, el púlpito y el órgano, y sólo se ha descubierto el presbiterio para la celebración de las misas así como el retablo mayor para mostrar las escenas religiosas.

A decir de las autoridades federales, se espera que la recuperación total de espacio culmine en el 2023.

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