PUEBLA, MÉXICO.- La carencia de cultura política en el país ha provocado que la democracia en México se haya prácticamente reducido a la votación en las urnas, como las que se avecinan para el próximo 6 de junio, cuando ésta es apenas una de las responsabilidades de la ciudadanía en la construcción de la democracia.
Y es que aunque en la generalidad se asocie este sistema de gobierno con el ámbito de lo electoral, no se limita exclusivamente a los derechos políticos, sino que se extiende a otros ámbitos civiles y sociales de los ciudadanos, señaló en rueda de prensa Valente Tallabs González, director de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
“Nos hace falta en México ante una democracia incipiente, naciente, defectuosa, entender que este es un proceso a largo plazo y que debemos construir una nueva democracia que vaya más allá de esta perspectiva tradicional”.
El especialista explicó que dicho régimen político por teoría incluye la participación de la ciudadanía para con el Estado, y en la generación de alianzas con la sociedad política para la construcción de un proyecto democrático participativo.
Entre las responsabilidades de la población se encuentra la organización de espacios públicos para el debate y la reflexión en las propuestas de instituciones que crean respuesta a los requerimientos reales de la ciudadanía y no del gobierno.
Tallabs González reprobó que el tema de la ciudadanía haya quedado fuera del foco del análisis respecto a la construcción de la democracia
“Es un elemento pequeño de participación que tenemos que ir más allá porque el replanteamiento tiene que ser en cómo construimos esta nueva democracia y cómo nos conformamos como una ciudadanía diferente”.
En el mismo tenor, Juan Pablo Aranda, catedrático de la misma institución educativa, reflexionó que si no se entiende la complejidad del mundo democrático, se caerá cíclicamente en situaciones mecánicas de que la democracia es simplemente ejercer el voto por alguno de los candidatos, además del frecuente pensamiento de que no van a funcionar, se van a corromper y van a anteponer intereses privados, una idea que desafortunadamente prima en México y el mundo.
“La democracia exige un cambio en el sentido de renunciar a nuestras pasiones más instintivas y cambiarlas por virtudes sociales; la democracia exige mucho del ciudadano (…), lo que la democracia dice es que tienes que reaccionar dialogando, generando una comunidad y esta forma de organización social implica una forma diferente de organizarnos como concentrado humano”.
Dijo que este sistema empieza de la ciudadanía, porque a pesar que el voto es donde el pueblo se vuelve soberano y visible, el problema es que no se está haciendo el trabajo anterior de participar, reflexionar y dialogar respecto del rumbo del país.
“No nos informamos, no leemos, no le preocupa la democracia y llega a la urna a votar por la primera que se le ocurre sin información, sin una reflexión seria ni saber tu representante”.
Por eso finalizó que lo que hace falta es construir comunidades democráticas, las cuales comienzan desde la familia, las iglesias, universidades, entre otros organismos intermedios.
“Tenemos que generar ambientes democráticos críticos, tolerantes, tenemos que generar una cultura real de rendición de cuentas y acceso a la información”.