PUEBLA, MÉXICO.- “¿Qué es una ciudad sino todas y cada una de las posibilidades de perderse en ella? ¿Qué es una ciudad sino la intuición de fabricar dudas en todo aquello que representa, además de un atisbo de memoria?”, reflexiona el escritor poblano Yussel Dardón sobre lo que ha sido la Puebla de los Ángeles con el devenir de la historia, que reconoce ya, quizás, sólo por la nostalgia.
En el marco de las actividades del 32 Aniversario de la inscripción del Centro Histórico de Puebla para ser considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, los escritores Issa Gonzales y Yussel Dardón develaron desde la literatura el significado de ser poblano, la poblaneidad y lo que hace de ésta “la gran ciudad de Puebla”.
Lo anterior porque es en los libros, pues, donde a pesar del paso del tiempo, los cambios y transformaciones, permanecerán los lugares, comercios, las personas que conformaron en algún momento a Puebla y que dieron pie a su evolución.
Como parte de la mesa de diálogo “La identidad es un relato”, organizado en el Palacio Municipal, Dardón mencionó que en un primer punto habría que distinguir lo que es ser poblano del centro de la ciudad y de la periferia. Además, recordó a través de una lectura a la Puebla de su infancia, de la que dijo que son las calles, sus negocios, tiendas de ropa, ferreterías, ultramarinos, peluquerías, tiendas deportivas los que construyeron en algún momento a esta ciudad, ahora casi extinta que ha dado paso a una nueva urbe.
“Habitante del Centro Histórico de Puebla, he visto con nostalgia el abandono, la transformación, el secuestro de sus calle, la bandera de la modernidad como excusa para dejar la tradición. He visto irse a la quiebra los negocios de sodas, tiendas de ropa para niños, ferreterías, ultramarinos, peluquerías, tiendas deportivas (…), los he visto sucumbir ante las plazas comerciales, franquicias, complejos, tiendas departamentales”.
En sentido opuesto, Issa González señalo que con su obra demuestra que ésta podría ser una Puebla más abierta, más moderna, menos tradicional, menos encapsulada que abra paso a una transformación no sólo de las calles sino del pensar abierto de sus pobladores, “porque Puebla es una ciudad monumental, pero así como es monumental también hay una ciudad muy conservadora”.
Asimismo dijo que como sucede en sus obras habría que repensar a Puebla también como una sociedad donde permanece la doble moral, para hacer una reflexión sobre lo que vive la ciudad.
El ya clásico Arráncame la vida de Ángeles Mastretta, Las Bestias Negras de Jaime Mesa; el recién publicado Los años heridos. La historia de la guerrilla en México, de Fritz Glockner; fueron algunos de los textos a los que aseguraron habría que acudir para regresar a otros momentos de la ciudad.
