PUEBLA, MÉXICO.- Hijo de padres monolingues con el totonaco como lengua materna, Pedro Pérez Luna, originario de la Sierra Norte de Puebla, se enfrentó desde pequeño a la discriminación que sufren los hablantes de idiomas indígenas en el país.
La carencia de condiciones y materiales como hablante indígena para estudiar, así como la falta de oportunidades ocasionadas por el arraigo a su lengua materna, lo orillaron a aprender el español como segundo idioma.
“Tuve muchos problemas en la escuela por lo mismo de que yo no entendía las clases, en español me costaba mucho porque mi lengua materna siempre fue el totonaco. Me llamó la atención retomar el mundo de la lectura, acercarme a poder observar los libros, los textos, aunque no entendiera lo que significaba”.
Es así que, vislumbrando mejores condiciones y aportando nuevos materiales para los miembros de su comunidad, Pedro se ha convertido en el primer traductor en lengua totonaca de la famosa obra literaria El Principito.
“Me llamó la atención aunque no entendía el mensaje del texto, realmente me guié a través de las imágenes y de ese modo empecé a asimilar el contexto”, mencionó el profesor de educación bilingüe a LEVIATÁN.
Escrito en 1943 por Antoine de Saint-Exupéry, el texto clásico ha sido traducido en diversidad de idiomas como el italiano, alemán, español, japonés, árabe, sánscrito, guaraní, bengalí y náhuatl, entre otras.
El libro fue presentado en el marco del Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); tuvo un trabajo de traducción con un proceso largo, según indicó el maestro a este medio de comunicación, pues entre las dificultades que se presentaron para la realización del trabajo, se encontró con la complejidad de transportar algunos términos del español a la lengua totonaco, entre ellos los conceptos “desierto de Sahara” o “elefante”, por ejemplo.
PROBLEMAS DE LOS PROGRAMAS EDUCATIVOS
Según indicó, una de las principales problemáticas que sufren en escuelas de zonas de hablantes indígenas, es el uso del castellano, pues los niños entran en un sistema en el que no se les enseña en su propio idioma por falta de material didáctico o lecturas de apoyo. Así, lo que cabría sería generar mayores contenidos en los que los jóvenes reconozcan el valor de su lengua y su cultura.
Bajo el título Xa’púxku’ a’ktsú qa’wa’sa, el libro ya ha tenido presentación en Huehuetla, tierra originaria del traductor, y han sido repartidos ejemplares a niños y jóvenes, quienes han tenido la oportunidad de tener por primera vez en sus manos una obra en su lengua:
“Ellos aprecian mucho al haberlo recibido, lo leen y dicen que es muy entendible; se divierten mucho porque el zorro, la naturaleza, el principito, todo el contexto se les ha hecho fácil y no tienen problema. Me siento satisfecho por haber hecho esta labor y llegar a los niños y gente adulta”.
Pedro Pérez Luna adelantó que está a punto de salir la traducción en totonaco de otro libro dedicado especialmente para que los niños se acerquen a los cuentos en su lengua materna, convirtiéndose en su segunda colaboración.