MÉXICO.- El ambiente para las comunidades migrantes en Estados Unidos se endurece. En lo que va de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha reportado más de 111 mil deportaciones, con un número significativo de mexicanos entre los afectados. La cifra crece semana a semana y se enmarca en el ambicioso objetivo del presidente Donald Trump de alcanzar un millón de expulsiones este año.
En Nueva York, agentes migratorios vestidos de civil han intensificado operativos encubiertos en el sistema de metro, realizando detenciones con base en rasgos físicos y perfiles raciales, según denuncias en redes sociales. En respuesta, la comunidad migrante ha organizado redes de autoprotección, compartiendo alertas, protocolos de seguridad y estrategias para enfrentar revisiones sin violar sus derechos.
Aunque la estrategia de Trump busca resultados rápidos, enfrenta obstáculos legales y logísticos, incluyendo el rezago en los tribunales migratorios, falta de recursos, y bloqueos judiciales para evitar deportaciones que puedan poner en riesgo la vida de los migrantes.
La política migratoria, liderada por el asesor Stephen Miller, contempla incluso convenios con terceros países como México, Costa Rica o Ruanda para facilitar las expulsiones. Sin embargo, expertos consideran inalcanzable la meta del millón de deportaciones.
La presión y el miedo aumentan, sobre todo entre las comunidades mexicanas y centroamericanas, que siguen resistiendo desde la organización colectiva, la información y la defensa de sus derechos.
