PUEBLA, MÉXICO.- De la mano del Colectivo Xanay, el idioma totonaco de la sierra de Puebla tendrá presencia en Europa, pues su cortometraje sobre la resistencia de esta lengua originaria, Kintachiwinkan, participará en la “Nuit de la Culture”, convirtiéndose así en el primer documental mexicano en este festival europeo.
El evento donde se exhibirá el corto es una celebración artístico-cultural que se realizará el próximo 11 de septiembre en Luxemburgo, en la reserva natural conocida como Ellergronn.
Xanay agradeció a los organizadores de “Nuit de la Culture”, Julia Ros, Martin Lecoutere, Eduardo Ibargüengoytia y Marie Duvauchelle, por haber acogido la propuesta en una locación muy alejada del sitio que la vio nacer, pues será la primera vez que se exhibe fuera de México.
“Nos sentimos muy orgullosos que nuestro idioma sea conocido en diferentes lugares, sin embargo nos sentimos más contentos cuando dentro de nuestra comunidad vivimos nuestro idioma a través de la cultura, nuestra vestimenta, alimentación y relaciones con la naturaleza”, externé al respecto Guadalupe Juárez Juárez, pobladora de la región e integrante de la rondalla Akgpuchokgo.
Más aún, el corto también fue seleccionado por Shorts México, el festival internacional de cortometrajes más importante en Latinoamérica, por lo que formará parte de la muestra especial Raíces, dedicada al cine de pueblos originarios.
KINTACHIWINKAN
Escrito y dirigido por el xalapeño Jorge Ramos Luna y el orizabeño Juan M Díaz, junto a Uzu Morales y Citlal Solano Lara, Kintachiwinkan (Nuestro idioma) es un documental que retrata el esfuerzo por preservar viva la lengua del pueblo tutunakú de Tuxtla, municipio de Zapotitlán de Méndez, en la Sierra Norte de Puebla.
Se estima que en México existen poco más de 260 mil hablantes del idioma totonaco, es decir solo el 0.2 por ciento de la población del país pertenecen a la cultura litutunakú, como se autodenominan.
Las principales amenazas que atentan contra la preservación de este idioma son el rezago social, la discriminación y la falta de incorporación del idioma en los sistemas educativos. A pesar de esto, el tutunakú es un idioma que se resiste a desaparecer.
Con historias hiladas a través de la voz de la poeta Cruz Alejandra Lucas Juárez, la historia de Kintachiwinkan está protagonizada por una pareja de adultos mayores que, de manera forzada, tuvo que aprender el español para sobrevivir.
En contraste, la participación de la rondalla Akgpuchokgo (sobre el río), formada por estudiantes de bachillerato quienes cantan en su lengua originaria a pesar de que desde niños se les educó en el castellano.