PUEBLA, MÉXICO.- En defensa de la Tierra como territorio compartido, y en medio de la crisis climática, nació la red de resistencias Futuros Indígenas, conformada por las voces de cerca de 20 pueblos originarios que habitan a lo largo y ancho del país.
Gestada dentro del Laboratorio Narrativo “Hackear la crisis climática: el futuro es indígena”, desde este martes en redes sociales comenzó a visibilizarse el recién creado colectivo que trabajará en cinco grandes grupos de acciones: “La fiesta es resistencia”, “Raíz rompe cemento”, “Agua es mi territorio”, “Recetario de resistencias”, y “Energía para quién”.
Integrado por activistas, cineastas, comunicadores, defensores de la tierra, la iniciativa originada por Hackeo Cultural con apoyo del British Council México y Ambulante, estuvo durante dos meses trabajando con integrantes de comunidades Kiliwa, Cucapá, Nahua, Acolhua, Tzeltal, Tzotzil, Ñuu Savi, Hñatho, Amuzga, P’urépecha, Ayuuk, Zapoteca, Popoluca, Maya Peninsular, Maya, K’iche’, Wayuu, Zoque y afrodescendientes.
Todo ellos formaron parte de un proceso en el que compartieron herramientas y metodologías de comunicación estratégica e intervención narrativa para imaginar y potenciar cambios estructurales.
“En tiempos de exterminio, ecocidio y genocidio; pandemias, saqueos, sequías extremas, incendios masivos, contaminación del aire, guerras por el agua, hambrunas regionales, comunidades desplazadas por las catástrofes climáticas, destrucción de los ecosistemas, extinción masiva de especies, en tiempos de muerte impuesta, nos organizamos”.
Desde su manifiesto, el cual se puede leer en la página oficial de Futuhttp://futurosindigenas.org/ros Indígenas (), se pronuncian a favor de la gestión comunitaria del agua y la energía, autonomías territoriales, gobiernos indígenas, rescate de la diversidad lingüística, defensa de nuestra identidad, búsqueda de memoria y justicia.
Aseguran que es la gestión comunitaria de los recursos la que ayudará al futuro de la Tierra, donde existen recursos suficientes para todos.
Además buscan migrar sin fronteras, sembrar la milpa, volver a los tiempos cíclicos, honrar los saberes de las abuelas, defender el futuro de las generaciones venideras, practicar otras formas de espiritualidad, organizar la fiesta en el barrio y la comunidad.
“Defendemos el territorio, nuestro modo de ser y existir; unimos esfuerzos y corazones a través de acciones de comunicación y creación de narrativas en defensa de la vida”.
