PUEBLA, MÉXICO.- Aunque México es una potencia mundial en cultura, corre el riesgo, al igual que otros territorios, de que la lucha por la cultura caiga y por consecuencia caigan la identidad, la nación y el bien común, alertó el especialista en gestión cultural David Sánchez Sánchez.
El director académico de maestría en Estudios Históricos de la UPAEP, mencionó que todavía se plantea la idea de prescindir de la cultura en pro de otros sectores que suelen considerarse más urgentes en estos momentos, aunque la inversión en esta área debería ser una parte importante en los presupuestos de cualquier sociedad
Y es que de acuerdo con Sánchez Sánchez, la cultura entendida como el bien común debería ser incuestionable respecto a sus funciones de elemento transformador y de cohesión social, como una herramienta para el diálogo y para la construcción de una sociedad más democrática.
Durante conferencia de prensa virtual, añadió que ella es patrimonio común en cuanto a parte integrante del sistema de valores de los cuales se reconoce una comunidad y en cuanto a una de las matrices que constituyen para determinar el patrimonio intelectual.
Aunque afirmó que actualmente se valora más a la cultura que hace dos años, la teoría del descarte de la misma se focaliza hacia herencias culturales u otras prácticas que trasmite transmiten los adultos mayores.
Apuntó que ni la cultura ni el bien común universal son utopías, en verdad son metas realistas pero de difícil cooperación social, por lo que es necesario que la sociedad se esfuerce cada vez más para que sean generadoras de convivencias democráticas en el siglo XXI.
“El bien común pertenece a la lógica de la cooperación e integración. La comunidad se reúne alrededor de la consecución de un objetivo común que lo valora y lo realiza. La acción común hospeda una esperanza, la esperanza del bien común”, destacó David Sánchez.
Matthias Nebel, Director Académico del Instituto Promotor del Bien Común de la UPAEP, enfatizó que la cultura no se resume a las danzas folklóricas, los museos o a la preservación de los edificios históricos, sino que es un elemento fundamental que permite entender a la sociedad; esa esfera colectiva que es parte intrínseca de la identidad de la persona y parte de una herencia colectiva que conforma una identidad y un pueblo.
“Es la inteligibilidad del mundo que existe entre las personas, en donde a través de la gramática, el lenguaje, le permiten intercambiar ideas, conceptos y comprender a las demás personas y al mundo en su conjunto”.
En el mundo contemporáneo, principalmente desde los años 60, ha mermado la transmisión de esta riqueza, no obstante en necesario protegerla, promoverla y difundir mucho más a nivel de un sistema educativo.
Ambos académicos señalaron que la consciencia histórica, la cultura y el bien común son bases para la fraternidad de una sociedad, por lo que no se debe olvidar que la cultura humaniza a las personas y que es importante transmitirla a las nuevas generaciones.
