PUEBLA, MÉXICO.- A sus 96 años, Doña Francisca sabe que debe cuidar su salud, es por ello que resistió un año completo confinada en su casa para no adquirir el virus del Sars-Cov-2, hasta hoy, que desde temprana hora se alistó para estar puntual a las 8:30 de la mañana a las afueras de Ciudad Universitaria para recibir una de las 76 mil 800 dosis disponibles de la vacuna anticovid.
“Estuve encerrada, nunca salí, hasta apenas ahora. Le agradezco a las personas que hicieron todo lo posible para que nos vacunaran”, mencionó esta mañana a LEVIATÁN.
Y es que el segundo día de la Jornada Nacional de Vacunación en Puebla pintó distinto para Francisca Aguilar García, quien al escuchar el caos que se registró durante el primer día de vacunación para adultos mayores preparó su registro en el sitio oficial de la Brigada Correcaminos, a través del cual le entregaron su ficha con la fecha, lugar y hora asignada para presentarse al módulo correspondiente.
Cubierta con una gorra para menguar el calor del sol, cubrebocas y careta par evitar lo más posible el contacto con otras personas en el conglomerado sitio, Doña Francisca fue de las primeras en esperar formada en una de las largas filas a las afueras de CU.
Así, tuvo lista su identificación oficial en mano, comprobante domiciliario, la copia de su CURP y su turno impreso, además de estar acompañada por su hijo Pedro, quien la llevó para cuidarla.
El haber llegado con anticipación le valió para pasar a tiempo a recibir las aplicación de la vacuna de la marca SinoVac, a diferencia de otros adultos mayores que desde el mediodía de ayer, con todo y bastón, andaderas, sillas de ruedas o a pie, se vieron enfrascados en la desorganización del primer día de vacunación en la capital poblana.
Temerosa de en algún momento poder ser portadora del coronavirus, Francisca mencionó que pasó los días desde marzo del 2020 haciendo los pocos quehaceres que podía en su casa para entretenerse durante el largo confinamiento que resistió mientras llegaban las dosis contra el virus surgido en China.
Y aunque su sobrina, su hija y su yerno, con quienes vive en la misma casa, se vieron obligados a salir en medio de los días más críticos de la pandemia para cumplir con su trabajo, aseguró que mantuvieron estrictos protocolos de sanidad para el resguardo de su delicada salud.
Doña Francisca se mantiene distante de las opiniones de aquellos que se ven renuentes a la aplicación de la dosis anticovid, pues cree que es mejor prevenir porque “mucha gente se va y ya no vuelve”, así que invitó a otros ciudadanos a cuidarse y otorgarle crédito a las instancias de salud.
A pesar de que ya tiene la vacuna que la protege de la potencial enfermedad mortal, Doña Francisca asegura que permanecerá en casa todo el tiempo que pueda, pues aunado a los riesgos en la calle, por su avanzada edad prefiere resguardarse en su domicilio ubicado en la colonia Patrimonio, al sur de la ciudad.
“Ya no puedo salir mucho porque ya no veo bien, y hay que estar mejor en la casa por algún golpe o algo”.
