Fotografía: Facebook

“Fractales vol. 2”, proyecto musical y visual de Alex Otaola para viajar en el aislamiento

En ENTREVISTA Yussel Dardón
  • Su más reciente disco está diseñado para que en un periodo de entre 10 y 15 días, el cual inició el 1 de mayo, se estrene un track que se difunda a través de IGTV, YouTube y plataformas de streaming.

MÉXICO.- Ritmos frenéticos, armonía suspendida, sonoridad envuelta en estridencia, son algunos de los elementos que aglutina el nuevo proyecto del músico mexicano Alex Otaola, un proyecto que bien pudiera ser tanto un soundtrack para el encierro como la melodía de quienes al cerrar los ojos respiran antes de abrazar la geometría sonora.

Fractales vol. 2, música para viajar en el aislamiento es un proyecto que se desprende del primer proyecto como solista de Otaola, Fractales, un disco avant garde que irrumpió en 2007 de la mano del sello discográfico Intolerancia, y que obtuvo el reconocimiento tanto de la crítica como del público que se adentró en el experimento del cut-up y el montaje cinematográfico llevado a la música.

Pero, ¿cuál es el puente que une un volumen del otro, sobre todo porque entre la aparición del primero y el segundo existen 13 años de distancia, y al menos un par de discos en solitario más?

En entrevista para LEVIATÁN, Alex Otaola señala que este nuevo proyecto tiene un origen casuístico, toda vez que proviene de un aislamiento por razones médicas que desde febrero lo obligó a vivir en un estudio de grabación donde terminó el score de la película Selva trágica, de Yulene Olaizola, composición que se realizó exclusivamente con sintetizadores.

Al concluir el proyecto, el avance del SARS-CoV-2 era ya una realidad en México, por lo que su confinamiento continuó. Esta situación, confiesa, le sirvió para hacer música nueva, una nueva “terapia personal”.

“Al terminar una de las nuevas canciones me puse a armarle un clip para ilustrar la rola, a partir de los videos pachecos que suelo hacer con el teléfono. Al terminarlo me di cuenta que lo que estaba haciendo tenía muchos paralelos, tanto visuales como musicales, con Fractales.

El trazo del disco vuelve a ser el de una serie de canciones-collage, electrónicas e instrumentales que se une por pequeños paisajes sonoros abstractos.

COINCIDIR NO ES REPETIR

Alex Otaola, quien además de una carrera como solista es un creyente del trabajo colaborativo, asegura que sin muchos de los proyectos en los que ha colaborado, como los realizados con Iraida Noriega, Todd Klauser, Monocordio, La Barranca o San Pascualito Rey, no podría haber llegado a diseñar este nuevo disco, que incluye semillas que se han gestado a lo largo de su carrera musical.

Al tiempo de afrontar que la correspondencia con su primer disco es de orden cíclico, que incluye 13 años de aprendizaje y desarrollo, asegura que existe además una relación geométrica porque la estructura de una canción es similar al armado final del disco.

Sin embargo, para Otaola la distinción entre uno y otro proyecto tiene que ver tanto con el tiempo de aprendizaje como con las herramientas empleadas, tanto como por la condición de aislamiento como por las circunstancias de su presentación.

“En el primer disco hay mucho sintetizador pero con la base de guitarra, y en este segundo volumen los sintetizadores se desenvuelven a partir de secuenciadores.”

Tecnológicamente, continúa, esta versión es más elaborada, con más elementos sonoros. Antes la lira y las posibilidades instrumentales definieron el sonido. En la actualidad hay más programación, aunque hay coincidencias en cuanto al diseño de paisajes sonoros.

Y es que si bien las condiciones por la emergencia sanitaria hacen de Fractales vol. 2… un proyecto meramente individual, toda vez que los músicos que podrían ser invitados estarían impedidos a desplazarse hasta el estudio, Otaola no descarta una versión expandida del disco con colaboraciones de colegas, ya sea en la batería, saxofón o bajo.

Sin embargo, asegura que de expandir su proyecto con colaboraciones también necesitaría otra referencia sonora, alguien más que mezcle, que le dé la última capa, el último tono al disco.

PANDEMIA Y ENCIERRO

Dada la naturaleza en al que se gestó el proyecto, Alex Otala sabe que ésta es una forma de comunicarse con el exterior, al tiempo de sanar su propio encierro, pues como afirma “hacer música es invertir tiempo, pero ese tiempo que invierto es tiempo que la pandemia no me quitó”.

“La música hace cosas que no sospechas, cobra vida propia y pasa diferentes cosas con ella”.

Ahora, afirma, debería circular más empatía, por eso este disco es de música para viajar durante el aislamiento. Por eso son cosos que compartir.

El arte, la creación, sentencia son cosas que nutren más a las personas, que hacen que te olvides de lo angustiante de lo que pasa afuera, sobrellevar lo que sucede dentro.

 “Ojalá la música les permita viajar desde donde se encuentren, para así desprenderse un poco del encierro”, concluye.

Deja un comentario

Your email address will not be published.

*

LO ÚLTIMO DE ENTREVISTA

Ir Arriba