MÉXICO.- Sí hay lectores de ensayo y hay una tradición de este género en México que es muy importante desde hace muchos años, afirmó José Antonio Lugo, ensayista, narrador y exsecretario del reconocido escritor Juan García Ponce.
En entrevista con Notimex, explicó que “el ensayo literario en México ha sido un ensayo que vincula a los lectores con las obras de escritores poco conocidos. Si pensamos en esa generación de La Casa del Lago, a Salvador Elizondo le debemos un poco el conocimiento de Joyce, a García Ponce el conocimiento de Klossowski o a Sergio Pitol el de Gombrowicz”.
El también conocedor de literatura francesa añadió que el ensayo literario no sólo se puede medir por los lectores que tenga, también se debe evaluar por la repercusión que esos textos tienen, ya que “un objetivo fundamental de estos escritos es abrir la puerta a otras escrituras, a otros escritores, a otras lenguas”.
Dijo que “Octavio Paz sin duda es uno de nuestros mejores ensayistas, pero la generación La Casa del Lago es una generación espléndida, todos fueron ensayistas extraordinarios; precisamente lo que hizo la misma generación de ‘La ruptura’ en pintura, ellos en literatura hicieron que nos acercáramos a autores que eran desconocidos en el ámbito de la lengua española”.
Lugo mencionó que tradicionalmente las revistas literarias han sido la salida del ensayo literario, “hay que pensar que, por ejemplo, Alejandro Rossi escribe su columna ‘Manual del Distraído’ en la revista Vuelta y ésta acaba siendo un libro canónico que inició con entregas paulatinas”.
Para el autor del libro Afroditas, Evas, Lolitas (Ficticia/Conaculta, 2014), no hay que perder de vista la importancia del ensayo literario en la creación literaria del país, porque también “son un marco de referencia que sirve para mantener la vitalidad de los creadores, porque nadie puede escribir de cero, es imposible”.