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Fotografía: Magdiel Olano

La batucada feminista se hizo presente en “La marcha de las putas”

En PUEBLA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- La batucada se hizo escuchar desde el medio día para exigirle al Estado, la sociedad y cualquier oído consciente las disposiciones que por derecho corresponden a todo  ser humano: ser tomado en cuenta.

El domingo colectivos feministas, proabortistas, el gremio de sexoservidoras y mujeres que luchan contra el patriarcado sumaron voces, pensamientos y ánimos para mostrar su rechazo a las recientes disposiciones que se dieron en el Congreso del estado de desechar las reformas para aprobar el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto en el estado de Puebla.

Sin top pero con las agallas bien puestas las más de 100 mujeres organizadas que se dieron cita en El Gallito del Paseo Bravo, convirtieron el fin de semana en una lucha por la despenalización del aborto, la legalización de la unión entre personas del mismo sexo, además de recordar a las desaparecidas y víctimas de feminicidio.

Paso a paso, al ritmo de los tambores y bajo la consigna de “¡Aaaaaleerta! ¡Alerta feminista!”, el contingente comenzó a avanzar sobre la Avenida Reforma en dirección al Centro, recordando en cada grito los derechos humanos violentados por los hombres, policías, autoridades y el sistema heteropatriarcal que reprime a las mujeres.

Apenas unas cuantas calles avanzadas, afuera de la Iglesia de San Marcos, las féminas se encontraron con un grupo católico afín a los denominados “Provida”.  Así, entre el Ave María de unos por atentar contra la vida, y exigencias de otras porque “mi cuerpo es mío y yo decido”, transcurrieron unos minutos tratando de demostrar qué bando se escuchaba más.

Bailes, cantos, juerga y gritos fueron bálsamo a la penas de aquella que, como en carne propia, sufren y sufrieron la violencia del llamado “sexo fuerte”.

La esquina de la calle 3 Sur y avenida 5 poniente ya predecía lo que sucedería en el Congreso del Estado; con el contingente alborotado caminando rumbo a sus afueras, los tambores y consignas parecían cada vez sonar más fuerte. Mantas rosas y verdes cubrieron el reclamo con spay entintado en sus paredes para que no fueran documentadas las pintas.

LAS PAREDES SE LIMPIAN

Porque al grito de “las paredes se limpian, los muertos no regresan”, los colectivos congregados justificaron su inconformidad rayada en sus muros: “Las paredes gritan justicia”, “Aborto legal ya”, “Matrimonio igualitario”, fueron algunas de las frases.

Al llegar a la Catedral, un nuevo enfrentamiento entre grupos antagónicos se dio, se encontraron restos católicos contra protestas ciudadanas. La prensa, paseantes y familias enteras fueron testigos de la exigencia de pensamientos contrarios reunidos en un mismo espacio.

La misma reja que resguarda a una de iglesias más hermosas del país, soportó tanto los bailes de mujeres enardecidas, como los cánticos destinados al Señor que pidieron comprensión.

Un par de horas después de iniciada la Novena Marcha de las Putas,  ya se perfilaba su fin con la llegada del contingente a la planchuela del Zócalo, donde ya con el cuerpo cansado, las mujeres se dieron un suspiro más para gritar: “Estamos vivas”.

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