Fotografía: Especial

Propuestas de colectivos de arte y cultura le dicen no a la violencia

En CAMALEONES/PUEBLA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Es alarmante el aumento a la violencia que se ha sentido en Puebla en los últimos meses, lo que da una visión mas o menos clara de cómo se vive el día a día en la sociedad poblana.

Que si las autoridades están actuando en formas contundentes para mitigar —o por lo menos aminorar— dicha violencia, es aún un tema que se ha mantiene en discusión y que da para largo.

Sin embargo, se puede asegurar que por parte de la sociedad civil existe el interés de reducir el alto índice de violencia en el estado. Existen diversas organizaciones civiles poblanas que trabajan para llegar a zonas que sufren vulnerabilidad social de distintas formas, como su condición espacial, rezago económico, discriminación, violencia o crimen, y para que las personas que son desplazadas por la urbanidad tengan acceso a la cultura y las artes.

Así, colonias señaladas por estás problemáticas como Álamos, El Alto, Constitución Mexicana o Balcones del Sur; o zonas dentro del interior del estado como San José Chiapa o Cuesta Chica Peletas en la zona del Triángulo Rojo, están en la mira no sólo de la violencia, sino también de aquellos que mantienen la esperanza de mejorar sus condiciones a través del diálogo, el arte y la cultura.

DETONANTES VISUALES

A fin de generar una propuesta alternativa a las expresión de las periferias, Eduardo Morales Ibáñez, grafitero desde los 13 años, comienza un proyecto centrado en el mural comunitario. Ello a partir de redireccionar a quienes toman el espacio público a través de graffiti, símbolos o letras, por lo que propone una alternativa de expresión: el mural.

Así nace en 2016 Detonantes Visuales (AQUÍ), una propuesta que tiene la intención de la reapropiación del espacio público para que a través de murales colectivos se pueda reconocer el espacio en común; así también sumando talleres de experintación del color.

El proyecto ha tenido alcance en la Sierra Mixteca, que el año pasado visitó para trabajar el mural comunitario con los niños de la región.

Balcones del Sur en sus calles lleva nombres de escritores latinoamericanos, por lo que ha involucrado el trabajo de mediación, con sesiones de lectura semanalmente.

Ésta es una herramienta que ha ayudado a tener diálogo con la comunidad y acercamiento con el espacio y los habitantes de la colonia; además ha sido una manera de acercar a la zona periférica las expresiones culturales y artísticas, que tienen mayor actividad en el centro.

EL TALLER AC

Trabajando desde hace 12 años en la defensa de los derechos de las mujeres, niños y jóvenes, esta organización conformada por miembros bisexuales y lesbianas feministas, buscan la transformación social para alcanzar una vida digna.

Más que un espacio físico, El Taller (AQUÍ) sale a las calles, colonias, juntas auxiliares o municipios del estado de Puebla, continuando los proceso organizativos que de por sí se gestan en estas zona para dialogaron y compartir desde la mirada del feminismo.

A través de una diversidad de estrategias como talleres, charlas, actividades artísticas y culturales o teatro buscan reflexionar, analizar y denunciar colectivamente crímenes de odio, trata y feminicidios, violencia contra mujeres, niños o jóvenes.

Además de ello, las integrante proporcionan apoyo psicosocial a víctimas y tienen articulación con otros colectivos de otros municipios con otros contextos.

La zona del mercado Hidalgo, algunas partes de la zona sur de la ciudad, La Resurrección, Azumiatla o Cholula, son sólo algunas de las latitudes en las que han tenido presencia.

CONSEJO PUEBLA DE LECTURA

Uniendo la lectura y la cultura de paz, seis puntos distribuidos a lo largo del estado estado han sido beneficiados con espacios de recreación gracias al Consejo Puebla de Lectura AC (AQUÍ) y de la Fundación Tierra dm ee Humanidades, que apoya desde el 2017 a la asociación civil.

La institución de promoción lectora, como ganadora de la beca Iberbibliotecas 2018, lleva talleres a diferente sitios del estado con la finalidad de abogar por los derechos de los niños.

Asimismo, trazan la historia lectora de estas comunidades que no tienen acceso a bienes culturales, por lo que retoman el libro como detonador de vinculación entre otras áreas.

La Biblioteca Alma en el barrio de El Alto; Crisálidas de Álamos en ampliación Vista Hermosa, Álamos; y el punto de lectura Constitución Mexicana en la colonia del mismo nombre, hacia el sur de la ciudad, forman parte de los espacios de encuentro de niños y jóvenes lectores.

En otros sitios se encuentra el centro El Apapacho en la comunidad de San José Chiapa, junto a la armadora Audi; otra biblioteca en la comunidad indígena de Ayotzinapan en Cuetzalan; y en la comunidad Cuesta Chica Peletas en Palmar del Bravo, que se encuentra en la zona del Triángulo Rojo. Se suman a las anteriores el centro de El Callejón del Gagñan y una más en Santa Cruz Texalpa, en la Mixteca de Puebla.

A pesar de que el alcance pareciera corto en número de asistentes, es mucho mayor en cuando cada individuo ha logrado apropiarse no sólo del libro, sino de la lectura y mantener una comunidad lectora que incide en el diálogo.

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