MÉXICO.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), en colaboración con la Secretaría de Cultura de Jalisco, presentaron el miércoles por la noche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el libro Los andamios de la memoria. 100 años de muralismo en Jalisco, el cual hace un exhaustivo recuento de la producción mural y de sus autores a lo largo de un siglo en dicha entidad, rescatando de manera especial la presencia —siempre negada— de las mujeres en el movimiento muralista mexicano.
Editado por el gobierno de Jalisco a través de su Secretaría de Cultura y con un total de 500 páginas, el volumen reúne textos de 17 especialistas en la materia, así como una amplia iconografía que da cuenta de los numerosos y valiosos murales que se encuentran repartidos en la geografía de la entidad del occidente de México y que se produjeron a la par que el muralismo que se dio en el centro del país, sobre todo en la Ciudad de México.
En un mensaje que leyó la coordinadora nacional de Artes Visuales del Inbal, Lluvia Sepúlveda, la directora general del Instituto, Lucina Jiménez López, consideró que la presentación del volumen representa en sí un acto de gran relevancia por enmarcarse en el centenario del fenómeno artístico más destacado de México en el siglo XX, el muralismo, el cual –dijo—“llama a una concienzuda revisión y reflexión sobre las múltiples aristas que semejante acontecimiento tiene en la cultura nacional”.
Fermín Revueltas, artista de la vanguardia estridentista y el muralismo mexicano
Con este libro resulta sumamente atractivo explorar la manera en que el muralismo se desarrolló, así como las características particulares que manifiesta en un contexto específico, dijo.
Y agregó: “En efecto, este volumen, a través de la escrupulosa revisión de un notable foco artístico, el estado de Jalisco, desde su primer mural moderno, de la autoría de Carlos Orozco Romero de 1923, permite reflexionar sobre aspectos de primera importancia para entender la historia del arte local y nacional: las ideologías de las distintas épocas trasladadas a la imagen, los actores que permitieron o facilitaron la llegada de los artistas a los muros, así como sus motivaciones para hacerlo y los componentes iconográficos locales”.
Lucina Jiménez expresó que este libro muestra que no existe un solo muralismo en México, sino que hay una enorme variedad de movimientos muralistas, cada uno con características distintas, que atravesaron por procesos alternos, por lo que el libro puede servir de referente para que otras entidades e instituciones se lancen a la labor de revisitar sus obras, para así ampliar la interpretación de sus acervos.
A partir de esta edición, la historia del arte jalisciense ya no podrá verse a través de la lente de “centro y periferia”, subrayó la directora general del Inbal, y sostuvo que “su lectura nos invita a repensar la linealidad de la narrativa oficial de la historia del arte y a reflexionar sobre el hecho de que cada época, contexto y región, son únicos y de igual importancia”.
Por su parte, la secretaria de Cultura de Jalisco, Lourdes González, comentó que desde hace más de año y medio se propusieron celebrar el centenario del muralismo mexicano desde esa entidad, por lo que desarrollaron diversas actividades, entre ellas la exposición Apoderarse de todos los muros. Anteproyectos de José Clemente Orozco —que se exhibe hasta el próximo 30 de julio en el Museo del Palacio de Bellas Artes— y el libro Los andamios de la memoria. 100 años de muralismo en Jalisco.
“Nos propusimos —dijo la funcionaria estatal— leer estos muros y sus silencios. Esas búsquedas posrevolucionarias que al día de hoy nos resultan atemporales: la injusticia, la exclusión, la pobreza, la desigualdad y la violencia. Pareciera como si la memoria se configurara ante estas imágenes para resignificarlas en nuestro entorno y nuestros tiempos”.
Desiderio Hernández Xochitiotzin legó parte de su obra al muralismo en Tlaxcala
Pero también, agregó, hicimos un ejercicio crítico, ya que no todo está dicho y hubo quienes fueron condenados a un sitio más bien marginal, por ejemplo, las mujeres. “Si el muralismo fue un movimiento donde los protagonistas fueron los hombres y su perspectiva, consideramos fundamental hablar de la exclusión de las mujeres. No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos reconocer esas ausencias para transformar el presente”, dijo.
Finalmente, expresó: Los andamios de la memoria. 100 años de muralismo en Jalisco tiene los elementos necesarios para convertirse en un referente para el estudio de los inicios del movimiento muralista mexicano y sus influencias en la plástica contemporánea y/o producción de murales de las últimas décadas.
Daniela Gutiérrez Cruz, coordinadora editorial de la publicación, aseveró en su momento que el libro presentado tiene un carácter de divulgación y reúne textos inéditos y originales de 17 autores acerca de las diferentes etapas del movimiento muralista jalisciense, hasta el siglo XXI, desde distintas disciplinas que incorporaron una pluralidad de miradas y narrativas que se sumaron a la amplia bibliografía ya existente sobre el tema y que dialogan plenamente con las numerosas fotografías reunidas en el libro, tarea realizada por los fotógrafos Carlos Díaz Corona y Antonio Cerda.
Comentó asimismo que el libro se divide en cuatro núcleos temáticos, cuyo hilo conductor es la producción cronológica de los murales, dando especial atención a las obras menos estudiadas y a las que se encuentran en la zona metropolitana de Guadalajara y en los diversos municipios del estado.
Mientras tanto, la investigadora Dafne Cruz Porchini, autora de la introducción del libro, titulada Murales de Jalisco, nuevas miradas sobre un patrimonio artístico, recordó el recuento que en su época hizo Jean Charlot sobre la pintura mural en México y en la que destacó los murales realizados en Jalisco.
En México existe resistencia a reconocer y visibilizar el trabajo de las mujeres muralistas
Luego consideró que por vez primera, con esta nueva edición, se pone al alcance de todos los públicos un registro puntual e investigaciones originales acerca del acervo mural de la entidad, y materializa un esfuerzo arduo por analizar un legado que representa momentos fundamentales para el arte y la cultura de nuestro país, al tiempo que destacó que también se abarca la preocupación fundamental que representa la conservación del patrimonio mural de Jalisco y de todo México.
Finalmente, el investigador Renato González Mello, autor del capítulo Las imágenes y la obra. Regreso al Hospicio Cabañas, externó su agradecimiento por ser invitado a participar en un libro que reúne la mirada de nuevas generaciones de especialistas, quienes escriben con enorme originalidad.
Luego de elogiar los textos que contiene el libro, los cuales “se alejan de estereotipos y de regionalismo del pasado”, expresó que estos contienen aportaciones indudables para enriquecer el panorama y el estudio de las artes en México en el siglo XX.
En ese sentido, llamó a las instituciones a que el libro no se quede en el papel o en las bodegas como suele suceder, sino que debe trascender y ponerse al alcance de todos los interesados, sobre todo los estudiantes de arte, a través de una edición digital.
“Las nuevas tecnologías nos permiten hoy tener estanterías compartidas y es necesario profundizar en el intercambio, los debates y los proyectos comunes. La actual exposición de Orozco, curada en Guadalajara y expuesta en el Museo del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, representa eso: una circunstancia muy feliz y ejemplar de colaboración entre las instituciones”, dijo