PUEBLA, MÉXICO.- Desde unas inspiradas netamente en las catrinas mexicanas, con flores y pintadas en tonos neón, hasta aquellas un tanto más excéntricas elaboradas con materiales poco usuales como bisutería o balas, el artista venezolano Carlos Zerpa por décadas ha dedicado parte de su quehacer a la creación de calaveras, figuras que son muy representativas para el Día de Muertos en México.
La comparación no es gratuita, pues el propio artista, quien a lo largo de su trayectoria ha estado cercano al ambiente y expresiones de México para la creación de su obra, advierte que “mis calaveras-calacas son un homenaje a mi querida segunda patria: México”.
Y es que el trabajo del nacido en Venezuela pero avecindado en Puebla desde hace un par de años, se enfoca a crear arte “no convencional”, como performance art. instalaciones, ensamblajes, nueva pintura o arte sonoro.
Tal como explica el propio Zerpa, la elaboración de las calaveras comenzó en 1993, y desde entonces la colección ha crecido a varias decenas.
Esta serie de Carlos Zerpa, reconocido plástico considerado una figura clave en los orígenes del arte conceptual en Venezuela, ha llamado tanto la atención que incluso fotografías de ellas han sido publicadas en espacios como las revistas Art in America, Art Nexus, Art Forum, catálogos de España, México, Estados Unidos, Canadá, Venezuela, además de la internet.
Algunas fueron intervenidas con joyas, bisutería o pinturas, logrando una estética llamativa que fue replicada por otros artistas.
Una de ellas fue la de Gabriel Orozco, “Papalotes negros”, creada en 1997 sobre una calavera humana y que actualmente forma parte de la colección del Museo de Arte de Filadelfia; o la “For the Love of God”, una calavera incrustada con 8 mil 600 diamantes hecha en 2007 por el británico Damien Hirst.
“Quiero hacer notar que estas calaveras con intervenciones de joyas, bisuterías o pinturas, fueron realizadas muchisiiimooo tiempo antes que la calavera cuadriculada de Gabriel Orozco o la ahora famosa calavera incrustada en diamantes de Damien Hirst” (sic).
Entre ellas se encuentra la calavera de balas “Kalabala”, creada para el disco Plomo revienta del grupo musical Desorden Público en 1996; ésta, cuenta Carlos Zerpa, fue plagiada por un artista en Tijuana, México, la cual tras una protesta internacional fue retirada de la galería donde se exhibía.
“No puedo decir que me han plagiado, pero de hecho la idea de este trabajo con calaveras, se me ocurrió primero a mi”.
Otras calaveras más forman parte de la colección, ya sea con forma de diablito, representando rostros de luchador, muchas más inspiradas en el este tradicional mexicano, u otras de formas tan variadas como complejas que hacen de ésta una colección única.