PUEBLA, MÉXICO.- Bordados, enseres de barro, juguetes de madera, petates y piezas hechas con fibras naturales, entre otras obras elaboradas por artesanos de diversas comunidades del estado forman parte de la resistencia indígena que ha sobrevivido 500 años de colonización.
“Los 500 años de resistencia indígena representan bastante para mí, porque nos recuerda que hay mucha presencia (de comunidades originarias) que no se valora pero nosotros sí. Se hace para que les enseñamos a nuestros hijos, nietos y todo el mundo que aquí seguimos”, como apuntó Judit García Villamil, una artesanía de Santa Inés Ahuatempan.
La hablante de la lengua popoloca señaló que desde que tiene uso de razón comenzó a tejer petates, que se usan en fiestas patronales y otros rituales indígenas de la comunidad, y que tras haberlo hecho “durante toda la vida”, el seguir haciéndolos es una forma de conservar “lo que tenemos los indígenas”.
Instalada en Casa de Cultura de Puebla en una exposición y venta de artesanía con colegas nahuas, mazatecos, mixtecos, otomí, popolocas, tepehuas y totonacos, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, Judith reconoció que la venta de los artículos con los años ha ido en declive, y disminuyó aún más a su consideración debido a la crisis económica que arrastró consigo la pandemia de coronavirus.
No obstante, señaló que continuará el hablando piezas de este tipo para llevar sustento a su casa e invitó a la ciudadanía a acercarse a conocer la diversidad cultural a través de las artesanías.
Durante la inauguración de la conmemoración “Pueblos originarios: 500 años de resistencia”, que estará en digo lugar hasta el 13 de agosto, la secretaria de gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral, afirmó que los pueblos originarios son la esencia de la mexicanidad, y es propósito de su administración preservar sus culturas y tradiciones.
Eliminar la desigualdad para con los pueblos originarios, dijo en la Biblioteca Palafoxiana en compañía de autoridades estatales, es otro los propósitos que sigue pendiente desde la sociedad, por lo cual es pertinente la conmemoración de los cinco siglos de resistencia de los pueblos originarios.
“Nos dan alimento y esperanza para formar una nueva historia, uno de bienestar para todos y todas, basada en la tolerancia, la convivencia respetuosa y la defensa de los más vulnerables”.
