PUEBLA, MÉXICO.- Salvaguardar y promover el legado de cuatro siglos que representa la talavera poblana serán en adelante los compromisos a mantener tras la entrega del certificado de inscripción de los “Procesos artesanales para la elaboración de la talavera” a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
Así lo refirió el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, al hacer la entrega del documento de dicha inscripción al gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, en un acto celebrado este martes en el Palacio de Gobierno de Puebla, Casa Aguayo.
El certificado llega a la entidad a un año de haber sido reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y tras una década de gestiones entre los gobiernos de México y España para dinstinguir esta técnica desarrollada en las localidades de Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispado, en el país ibérico; así como en los estados mexicanos de Puebla y Tlaxcala.
A nombre de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, el titular del INAH mencionó que el compromiso es resaltar la importancia de esta tradición alfarera, expresión de un intercambio de saberes y tradiciones provenientes de la cultura hispánica y la técnica cerámica cultivada en Mesoamérica.
“La tecnología alfarera que conocían los pueblos originarios del ahora territorio mexicano se enriquecieron con la técnica de la cerámica estannífera procedente de las poblaciones españolas de Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispado. Aquí, en la entonces Nueva España, adquirió características muy singulares, un arte popular que ha pasado de generación en generación, lográndose adaptar al cambio de los siglos”, mencionó.
Puntualizó que la distinción de la talavera por parte de la Unesco es un reconocimiento a sus creadores, a familias que a lo largo de los años han elevado, con dedicación y maestría, a este arte popular: “hablamos de una riqueza cultural que se reproduce cotidianamente, no son objetos inanimados, son saberes que han trascendido hasta nuestros días y que debemos proteger e incentivar”, sostuvo el antropólogo.
Acompañado por el director del Centro INAH Puebla, Manuel Villarruel Vázquez, y el secretario de Cultura de Puebla, Sergio Vergara Berdejo, en su turno al micrófono el titular del Ejecutivo estatal recordó que la población de San Francisco Totimehuacán fue asiento del señorío indígena que daría lugar, por cédula Real, a la fundación de la Puebla de los Ángeles, donde se desarrollaron múltiples actividades industriales como la talavera, comercializada más allá de las fronteras del virreinato.
“La piezas de talavera poblana son resultado de un enorme talento, tanto en su forma, como en su decoración. ¿Qué familia mexicana no aspira a tener en su casa una vajilla de talavera? Donde hay una familia poblana fuera de su terruño, existe un tibor de talavera como recuerdo de sus orígenes”, externó Barbosa Huerta.
Asimismo, refirió que la consideración de la talavera elaborada en este suelo es testimonio de la gran historia de esta entidad y del mestizaje y que se expresa en cada rincón de la ciudad.