Fotografía: Especial

El manejo de las escalas y la geometría llevaron al arquitecto Abraham Zabludovsky a crear obras monumentales

En CAMALEONES Redacción Leviatán

MÉXICO.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (Dacpai), recuerdan este 14 de junio al arquitecto Abraham Zabludovsky en el centenario de su natalicio, reconocido como uno de los grandes representantes de la arquitectura mexicana contemporánea.

Con más de 100 obras producidas, desarrolló y consolidó un estilo arquitectónico que lo distingue e identifica en el ámbito nacional e internacional. El manejo de las escalas y la geometría lo llevó a crear obras monumentales, hitos que destacan en el conglomerado urbano que los rodea.

Originario de Bialystok, Polonia, llegó a la temprana edad de tres años a México con sus padres Raquel y David; aquí nacieron sus hermanos Elena y Jacobo, y se integraron a la vida del Centro Histórico de la Ciudad de México, donde pasaron sus primeros años. El joven Abraham incursionó en la construcción gracias al portero del edificio donde vivía con su familia, un albañil que lo llevaba a visitar las obras en las que trabajaba. Realizó sus estudios en la entonces Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la antigua Academia de San Carlos, y comenzó su labor profesional independiente en 1950.

La primera etapa de su producción estuvo casi totalmente dirigida hacia obras de habitación: residencias particulares y edificios de departamentos, en los que fue notable su funcionalidad, con el aprovechamiento máximo del espacio; posteriormente su creatividad se volcó hacia edificios de otra índole, como centros de convenciones, teatros, auditorios, oficinas públicas administrativas, embajadas de nuestro país, etc.

Es a partir de la construcción de su propia casa, en 1969, cuando el arquitecto evoluciona en el diseño de sus inmuebles y comienza a experimentar con nuevos materiales, como el concreto aparente, el cristal, dando énfasis a la volumetría, adentrándose en algunos valores y tradiciones de nuestra arquitectura, incluso prehispánica, logrando trasladar a nuestro tiempo la monumentalidad de algunas de las principales obras de esa época.

La transición que logró en el manejo del espacio público y privado definió la concepción de sus edificios y conjuntos, al crear encuentros y ambientes diversos en cada una de sus obras.

Entre sus obras principales se encuentran: la Casa Sacal, la casa Zabludovsky, el Conjunto Habitacional La Cantera, el Auditorio del estado de Guanajuato; y en colaboración con el arquitecto Teodoro González de León, destacan: el Conjunto Habitacional Torres Mixcoac, las Oficinas Centrales del Infonavit, el Colegio de México, el Museo Tamayo y la remodelación y ampliación del Auditorio Nacional.

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