Fotografía: Especial

El fotógrafo Guillermo Serrano hace una declaración de sus orígenes en la exposición “Mestizaje manifiesto”

En CAMALEONES Redacción Leviatán

MÉXICO.- En el fotógrafo Guillermo Serrano aplica la afirmación del filósofo canadiense Charles Taylor: “La identidad es el lugar del que venimos”. Como las capas de una cebolla, el artista ha ido desmontando su “yo”: un relato propio constituido de imágenes mentales que, en su caso, se alimentan de retratos familiares, los cuales dan origen a la exposición Mestizaje manifiesto.

En la muestra, a inaugurarse el 7 de marzo de 2024 en la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) (Pachuca, Hidalgo), el autor establece un relato sobre su práctica artística, sus intereses, su historia personal y la de sus abuelas y abuelos, con imágenes afectivas que interpelan a la idiosincrasia mexicana.

El fundador de LafO/Archivo Serrano-Espíndola define la exposición, presentada por la Secretaría de Cultura federal en el principal repositorio de nuestra memoria visual, como una curaduría-obra. Para Mestizaje manifiesto, la Sala Nacho López se convierte en un dispositivo de enunciación en que se despliegan nueve piezas, las cuales integran un solo cuerpo.

Cada imagen es la conjugación de varios aspectos que lo constituyen como persona: ser de Tlaxcala, pertenecer a un linaje étnicamente diverso, formar parte de la cuarta generación de una familia de fotógrafos y preservar su archivo, además de revisarlo, releerlo y reinterpretarlo en su práctica artística.


La pieza Manifiesto es una declaración personal en torno a todas esas facetas, un relato contado en primera persona. En sí, la puesta en sala es un ensayo que relaciona imágenes textuales y visuales para generar una tercera imagen/interpretación, a la cual el espectador-lector debe dar sentido.

Así, por ejemplo, se proyectará el libro del artista Mi abuelo negro, mi abuelo güero, mi abuela india, mi abuela blanca: título que para él ha funcionado como un mantra que lo ha acompañado en este viaje interior, de reconstrucción de la memoria.

“Para mí, era importante tener este gesto de reivindicación de la memoria y equilibrar la forma en que aparecen representados mis abuelos Irma y Jacobo, Piedad y Cirilo: unos, criados en la ciudad, otros, en el campo; unos, con una empresa periodística, los otros, labriegos y de clase trabajadora”.

Una de sus piezas favoritas es Archivo de reliquias familiares, instalación de objetos recolectados de cada uno de sus abuelos: una capa de estambre hecha a mano, un sombrero texano de fieltro, una cámara fotográfica Rolleiflex, un juego de té de porcelana, un molino manual de maíz, una máquina de escribir Remington, un par de hoces y una colcha hecha con retazos.

A través de ella, “acerco la idea del archivo a la de reliquia, del escombro, de la huella, de lo que permanece. Es un conjunto de objetos que tienen carga simbólica y que hablan de lo íntimo, lo público, lo laboral y lo económico”.

En la serie Mi propia casta, conformada por seis trípticos impresos en papel fotográfico, revisa de manera abstracta este género del retrato virreinal, partiendo de su propio archivo familiar. En tanto, en el díptico Mi propia diferencia “exploro cómo nos vemos a nosotros mismos cuando nos mezclamos, porque pienso que somos el resultado de una suma en la que uno más uno no son dos, sino otro cuerpo”.

Otras piezas más son: Monografías afectivas, compuesta por cuatro dípticos que son su testimonio sobre cada uno de sus abuelas y abuelos, junto a los retratos de ellos; y Mi mestizaje, un relato oral que se escucha, como una voz en off, en la sala sobre los orígenes del autor.

A propósito de esta exposición, Guillermo Serrano, quien concibe su obra como una construcción documental que ahonda en la historia, la identidad, el cuerpo, el territorio y el poder, desarrolló una nueva pieza a la que tituló “Curaduría afectiva”, en la que establece una historia de vida de sus abuelos y abuelas, en el que usa como puente imágenes del acervo de la Fototeca Nacional.

EL APUNTE

Mestizaje manifiesto permanecerá hasta el 3 de mayo de 2024 en la Sala Nacho López de la Fototeca Nacional del INAH (interior del Ex convento de San Francisco, en Pachuca, Hidalgo). Horario: martes a viernes, de 10:00 a 16:00 horas.

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