MÉXICO.- La escritora y periodista Josefina Estrada Ortiz presentó la obra acreedora al Premio Nacional de Crónica Salvador Novo 2002, esta obra advierte al lector encontrar tintes oscuros y dolorosos, pues aborda temas que revelan la realidad de los procesos forenses del Distrito Federal, hoy Ciudad de México.
Esta realidad, narrada desde el género periodístico de la crónica, también muestra la interrelación de las diferentes disciplinas que permiten acercarse al estudio de los archivos forenses, ya que, en voz de la autora, durante el proceso de investigación descubrió que la profesión forense también necesita de la medicina, la antropología, el derecho, entre otras ciencias sociales.
En la conferencia encabezada por la escritora, narró los impedimentos que tuvo para adentrarse en el Servicio Médico Forense del Distrito Federal (Semefo), lo que actualmente se conoce como Instituto de Ciencias Forense (Incifo).
Describió que no fue un proceso fácil desde el sentido legal, pues los archivos no se proporcionan para investigación periodística y, por otro lado, desde la parte emocional, ya que inevitablemente los escenarios presenciados se quedan en la memoria para siempre.
En particular resaltó que en el libro también intentó reflejar las experiencias sensoriales que marcaron su proceso de investigación documental:
“Al llegar a los pasillos empecé a ver cientos de cuerpos que llegan en calidad de desconocidos, se impregna el aroma, se puede llegar a sentir incluso la temperatura, es algo que te impregna y que te eriza la piel. Pero todo esto es lo que le permite a la ciencia forense hacer un acercamiento de lo que el cuerpo humano vivió antes de perder los signos vitales, huellas que son determinantes para poder judicializar el caso”, puntualizó la cronista.
Acompañaron a la escritora la Dr. Zoraida García, especialista en Derecho jurídico y Ciencias Forenses y la Dr. Rosa María Ostiguín, licenciada en Enfermería y Obstetricia de la ENEO-UNAM. Destacaron que esta obra es una herramienta para impulsar en México una ciencia forense basada en la ética del trato digno de los cuerpos, en respeto al duelo que sufren los familiares.
“Los derechos humanos no terminan con la muerte, los cuerpos merecen un trato digno y les debemos el compromiso de llegar al esclarecimiento de los hechos para conocer la verdad”, concluyó la autora del libro.
A DESTACAR
Josefina Estrada halló un mundo paralelo al de los Ministerios Públicos y hospitales; ahí trabajan policías y periodistas, investigadores y enterradores, técnicos y doctores especialistas en las más diversas ramas de la medicina forense. Todos ellos entran en acción cuando un ser humano muere en condiciones no claras, con violencia o por mano propia.
Señas particulares nos lleva de la mano por los laberintos que se inician en la nota roja y que rara vez desembocan en un final feliz. No obstante, el lado positivo de esta experiencia radica en la súbita revaloración que hacemos de la vida, la familia y el amor después de volver a la superficie.