MÉXICO.- Roger von Gunten es uno de los representantes más destacados en el campo de la plástica. Nació en Zürich, Suiza, en 1933, y llegó a México con la idea de recorrer la carretera Panamericana hasta la Patagonia. Pero el paisaje, sus habitantes y en especial la arquitectura y el muralismo plasmados en la Ciudad Universitaria lo hicieron cambiar de opinión y aquí se estableció en 1957.
Había aprendido ya a pintar al lado de su padre, pero de 1947 a 1952 estudió pintura y diseño gráfico en la Zürich Kunstgewerbeschüle bajo la dirección de Johannes Itten, artista profesor de la Escuela de la Bauhaus. Hizo su primera exposición individual en 1956 en Suiza.
En México continuó estudios en la Universidad Iberoamericana, donde aprendió grabado en metal con Guillermo Silva Santamaría. El mismo año que llegó, hizo su primera exposición en la Galería Antonio Souza.
En México, Roger von Gunten formó parte del grupo de artistas que después se conoció como Movimiento de Ruptura, el cual pugnaba por abrir las instituciones y el arte a jóvenes creadores que desde diferentes lenguajes estéticos se alejaban de la doctrina hegemónica de la Escuela Mexicana de Pintura.
Von Gunten siempre ha dicho que aquellos jóvenes –José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Fernando García Ponce, Vicente Rojo, entre otros- no trataban de romper con los grandes pintores nacionalistas mexicanos (Rivera, Siqueiros, Orozco), sino de abrirse paso en el devenir del arte en México.
Para él, este era un país que ejercía especial fascinación en artistas que integrarían sus conocimientos y expresiones a un contexto en el que las nuevas propuestas del arte occidental se entretejerían con la tradición, la luz, los colores y la cultura. Por ejemplo, José Luis Cuevas decía: “Roger von Gunten descubre el color de México, pero no aquél al que nos tenían acostumbrados Diego Rivera y sus seguidores”.
Von Gunten tiene en su haber más de 120 exposiciones individuales –nacionales e internacionales— y más de 200 muestras colectivas. Ha realizado trabajos escenográficos para teatro y ópera, ha ilustrado libros y discos y se mantiene en la práctica docente desde hace más de 40 años. En 1980 adquirió la nacionalidad mexicana y en 2014 le fue conferida la Medalla Bellas Artes, máximo galardón que otorga nuestro país en artes plásticas.
El artista se declara amante de la botánica, la astronomía, la poesía y la música. Sus obras están habitadas por paisajes y mujeres que conviven con extraños animales, plantas y flores exóticas, en las cuales el color es un componente central. Sus personajes brotan de lo que él llama “mitología personal, en la que los recuerdos, lo que uno adora, de repente afloran casi como imágenes al enfrentarse a un papel o a una tela. Así comienza un diálogo con el cuadro donde todo lo que a uno le interesa de alguna forma se hace visible”, dice el artista en su biografía.
Esa obra pictórica ha influido en las artes de nuestro país, en numerosas generaciones de artistas y en multitudes de alumnos que ha tenido, tanto en escuelas públicas y privadas, como la Universidad Iberoamericana y el Mexico City College, así como en talleres propios abiertos y gratuitos, y mediante cursos especiales dedicados a la enseñanza de la teoría y la práctica del color.
Otras distinciones obtenidas son el premio del Segundo Festival Pictórico de Acapulco (1994) y la Medalla Goya en la XI Bienal Iberoamericana de Arte (1998). En 2019 se le dio el título honoris causa por la Universidad del Instituto Americano Cultural por su contribución a la cultura, y la Medalla Artist Emeritus del Art21Studio por Un Siglo Azteca, 50 años, de creación artística. Desde 1993 es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
En agosto de 2021, el Inbal compartió con el público una exposición en la que se plasma esa otra faceta del artista: la del grabador. Un camino recorrido. Roger von Gunten, fue el título de la muestra que albergó el Museo Nacional de la Estampa, formada por 58 obras, entre litografías, grabado sobre metal y serigrafías.
Las piezas se crearon entre 1961 y 2016. “Cada obra de Roger von Gunten es un sueño de justicia, por la conservación de la naturaleza, un sueño por cuidar el agua y los alimentos; es un sueño de colores, porque Roger estudió el color y a partir de ahí surgen transparencias y colores nunca antes vistos.
“Esta muestra también es un pequeño homenaje a los talleres de grabado en los cuales ha trabajo el artista, pero principalmente uno, el taller de Pilar Bordes, uno de los mejores de este país y donde Roger ha producido la mayor parte de esta colección”, dijo en aquel entonces el director del Museo Nacional de la Estampa, Emilio Payán.
En el libro Vasos comunicantes en el arte y la cultura. Carlos Monsiváis / Juan García Ponce, catálogo de una exposición presentada en el Museo del Estanquillo en 2022, se reproduce un texto escrito por García Ponce acerca de la obra de Von Gunten:
“Pintar es un estado de inocencia, pintar con la difícil simplicidad del que cree que solo pintó lo que vio, aunque la imagen que nos ofrece resulta totalmente personal y diferente, tal como ocurre con los niños, es una de las grandes aspiraciones de todo artista.
“Sin embargo, la misma condición de artista es una condición opuesta a ese estado de inocencia natural. El arte, en especial el arte contemporáneo, es conciencia, sabiduría, recreación formal con pleno conocimiento de las exigencias que la misma época impone sobre el oficio, que nunca puede reducirse a una mera artesanía, si aspira a algo más que quedarse en ella.
Acerca de su obra artística, el propio Von Gunten dice: “La pintura es para mí un oficio creativo y concreto. Basta utilizar los elementos visuales de color, forma y técnica manual para materializar una imagen en la que el mensaje interior pueda transmitirse a aquel espectador capaz de contemplarla de forma participativa. Creo que la cultura representa el esplendor innato de la consciencia humana, aquel que ilumina el cielo como un arcoíris a través de las diferentes disciplinas artísticas”.