MÉXICO.- Cada miércoles, sin falta, a lo largo de dos décadas, el historiador y crítico José Antonio Rodríguez (1961-2021), publicó la columna “Clicks a la distancia”, en la sección cultural de El Financiero, un foro único para debatir la cultura de la imagen fotográfica, desmontando discursos de exposiciones, libros, festivales o de instituciones de la cultura oficial, como sostenía el autor en su última colaboración, aparecida el 4 de noviembre de 2010.
Escritos por quien fuera investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los más de 700 artículos permiten seguir, desde su aguda perspectiva, las andanzas del medio en esos años. Estos textos fueron compendiados y próximamente migrarán a los repositorios de la Mediateca del INAH y Memórica, constituyendo así el acervo digital homónimo: “Clicks a la distancia (1990-2010), de José Antonio Rodríguez”.
En la presentación de la iniciativa, respaldada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, participaron colegas y amigos de quien también editara, entre 1997 y 2017, una de las revistas más prestigiadas dedicadas a la imagen, Alquimia, del Sistema Nacional de Fototecas del INAH.
En marzo de 2021, a propósito de su fallecimiento, el fotógrafo Rodrigo Moya definía como “extraña” la columna de José Antonio Rodríguez: “Escribía de cosas ajenas o desconocidas para la mayoría de los mexicanos. Más, al fondo, sus tesis resultaban reveladores o irritantes, en exceso culteranas. Así lo asumía en mis lecturas, pero sentía que me estaba iluminando, al tiempo que yo afirmaba mis ideas sobre fotoperiodismo, la realidad y el mundo social”.
Esa misma impresión generó en los historiadores, críticos, fotohistoriadores y fotógrafos que se dieron cita en el Museo Nacional de Antropología, para conocer este acervo digital: Alberto Tovalín, Laura González, Gerardo Montiel, Jimena Escobar, Gabriela Pulido y la promotora de este proyecto, Patricia Priego.
Coincidieron en que José Antonio Rodríguez representó un engrane poliédrico en la fotografía mexicana, ejerciendo con éxito curaduría, crítica, investigación, historia, docencia, edición y enseñanza, lo que alentó continuidades, sorprendió con novedades e impulsó la indagación de personajes olvidados.
Laura González Flores opinó que mediante los “Clicks a la distancia” reunidos en el acervo digital, los lectores “podrán rearmar su propio relato de la historia de la fotografía mexicana. En ese universo de fragmentos, José Antonio colapsa tiempos, se enfoca en otros protagonistas a los habituales, invierte los tramos de la historia –rompiendo la condición progresiva y lineal de contarla–, pensando en ella desde la perspectiva mexicana y latinoamericana, diríamos hoy, en términos decoloniales”.
Alberto Tovalín Ahumada recordó una frase dicha por José Antonio Rodríguez, la cual fue la brújula de su quehacer: “En fotografía todo es documento y todo es construcción”, lo interesante es que “su obsesión por las fuentes, lo convirtió a él en una fuente robusta. Su mirada salía de la esfera de lo que ocurría en Ciudad de México, e identificaba circuitos de creación en todo el país”.
Fotografía, herramienta filosófica para develar problemas sociales
La compañera de vida de José Antonio, Patricia Priego Ramírez, refirió que a ambos les unió el interés por la investigación de archivos fotográficos familiares, tanto así que, en 1989, publicaron el libro La manera en que fuimos. Fotografía y sociedad en Querétaro, 1840-1930.
En ese sentido, dijo, el acervo digital “Clicks a la distancia (1990-2010)” es también un proyecto familiar que inició hace 30 años, con la compra de cada ejemplar en que aparecía la columna, en un quiosco de periódicos de la colonia Nápoles.
Concluyó que la importancia de su compendio radica en que hoy constituyen “un documento histórico que da cuenta del quehacer fotográfico en México en todos sus aspectos, desde la producción hasta la promoción cultural y difusión social”.
