Fotografía: Magdiel Olano

“Lobo” Mónica Rojas, una reflexión sobre la vida a partir de temas incómodos en el boxeo

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PEBLA, MÉXICO.- Dedicada al miedo, pero no aquél miedo paralizante sino al que obliga a la acción para protegerse, fue a quien la escritora poblana Mónica Rojas dedicó su más reciente libro, Lobo.

Enmarcado dentro del género de novela negra, la obra lanzada hace un par de meses bajo el sello editorial Nostra Ediciones, se sumerge dentro del mundo del boxeo para narrar la vida de Guadalupe “Lobo” Quezada, un muchacho de 14 años quien se inicia en el deporte del pugilismo a partir del crimen.

En este título la periodista radicada en el extranjero, dejó fluir aquellas herramientas que le dejaron sus años de reportera cubriendo la nota roja, para nutrir cada una de las páginas con temas “oscuros” pero no desde la espectacularización, sino desde una mirada más “humana”.

En entrevista con LEVIATÁN, a propósito de su visita a su ciudad natal para ofrecer una conferencia en el Complejo Cultural Universitario BUAP, explicó los motivos que la llevaron a adentrarse a la escritura de Lobo.

“Tuve mi primer acercamiento con el boxeo a partir de los sábados de box, esas peleas que que se transmitían por tele abierta; a partir de ahí me causó curiosidad de entender qué es lo que motivaba a un boxeador a subirse al ring, tuve la necesidad de explorar a fondo cuáles eran esas motivaciones”.

Fotografía: Magdiel Olano

La también embajadora de la organización Save the Children en México, señaló que retomó este deporte como una excusa para hablar de temas incómodos como son la violencia de género, los machismos frágiles, la corrupción y otras cuestiones de las que “no se quiere hablar pero que existen, están latentes” y, evidentemente, en la novela negra son parte fundamental de las tramas.

Fueron los mismos boxeadores mexicanos quienes le contaron en entrevistas ciertas anécdotas que tuvieron en este arte de la pelea, cuyas historias están plasmadas en la obra.

Don José Sulaimán, quien fue el presidente de la Comisión Mundial de Box, fue su primer contacto para acercarse a ellos, mismos que la ayudaron a comprender cuál es el papel del instinto y el miedo, dos temas fundamentales en el libro.

Lupe Quezada, su personaje principal, representa aquella parte de la sociedad que está segregada, marginada, “a la que no prestamos atención, a la que se encuentra en la periferia”, indicó la propia escritora.

“No es casualidad que haya elegido Tijuana como el punto de la trama, me parece que el tema de las fronteras entre sociedades, entre países, incluso entre espacios físicos, como la casa de un mafioso o el sótano donde se realizan cosas escabrosas”.

Desentrañar los motivos para subir a un ring y dar vida a la violencia en un escenario donde pareciera que está controlada, dijo que le ha dejado más preguntas que respuestas, aunque sí, bastantes reflexiones:

“Yo no tengo respuestas pero sí muchas preguntas sobre la ética, sobre lo importante que es marcar ciertos límites, hasta qué punto es un espectáculo. Hay un símil muy interesante entre este mundo y el mundo del boxeo de Las Vegas por ejemplo, donde hay luces, todo es show, mujeres con ropa diminuta (…). Me parece que es necesario plantear temas incómodos para generar reflexiones”.

Si la escritura no sirve como profundo acto de libertad entonces no sirve de nada: Mónica Rojas

Entre estas reflexiones dijo encontrar temas que subyacen al machismo, como el hecho de hallarse en un terreno pensado exclusivamente para la masculinidad, lo cual la hizo subirse al cuadrilátero junto a su personaje:

“Cuando yo subía a Lupe a una pelea, yo misma estaba en una pelea conmigo misma, yo misma estaba en el juego de sombras, en el juego de espejos donde los boxeadores entrenan. Es decir, esta pelea fue también totalmente mía porque estoy abordando temas que son realmente complicados, y esto es algo que todavía me cuesta trabajo comprender, que la novela negra y el boxeo se entienden como mundos totalmente masculinos. Entonces, por supuesto que había miedo de enfrentarme a que la gente me dijera, porque es un libro tan ‘de macho’, de macho como el mismo boxeador que se sube al ring”.

“El miedo también está muy conectado al instinto de supervivencia y cuando hablamos de instinto de supervivencia, no únicamente como escritor sino también como como boxeador, existe un punto en común: el miedo a ser golpeado, el miedo a ser rechazado, el miedo a no contar una historia como quisieras. Y el miedo que te motiva o te obliga a tomar decisiones es parte fundamental tanto para la escritura como para el boxeo”.

Al abordar temas de violencia de género o la segregación, dijo que su nuevo libro puede leerse desde diferentes ángulos, como las infancias, desde la mujer o el machismo, pero todos ellos apuntan al objetivo de generar reflexiones en el lector.

“Lo único que me gustaría es que generará reacciones, que a través de la incomodidad se convirtieran en acciones positivas”.

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