Fotografía: Magdiel Olano

Coleccionismo, una carrera de resistencia: Bernardo Flores

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Para el artista gráfico Bernardo Flores el coleccionismo es una carrera de resistencia que exige de tiempo, dedicación y muchos pesos para invertir en lo que, para él, se ha convertido en una forma de vida.

Originario de la Ciudad de México y amante de la lucha libre mexicana, ha pasado 15 años de su vida coleccionando máscaras de sus ídolos luchadores. Actualmente cuenta con casi 150 de ellas, pero en su “pequeña” colección han estado más de 300 de estas piezas originales y antiguas.

“Yo empecé coleccionando máscaras porque soy dibujante. Llegué como aficionado a hacer ilustraciones y las empecé a cambiar a los luchadores por sus máscaras originales”, narró en entrevista con LEVIATÁN durante su visita a San Andrés Cholula este fin de semana en el evento “La magia de la lucha libre”.

Fotografía: Magdiel Olano

Las primeras que tuvo fueron de luchadores recientes, pero luego su afición creció al grado de buscar máscaras de sus ídolos de la época de los ochentas. Así, entre chachareando, con promotores, con luchadores retirados o con las familias de los luchadores, encontró cada vez piezas de mayor valor.

Desde sus 26 años de edad que comenzó con el gusto por coleccionar máscaras, ha logrado recopilar de famosos personajes como El Santo, Blue Demon y Huracán Ramírez; algunas más que fueron pérdidas en apuestas, otras que obtuvo por la herencia que el abuelito le dejó al papá y éste al nieto, y unas más que incluso llevan las marchas de sangre en la tela.

Entre su colección la de El Santo ha sido por la que más ha pagado dinero, pues dijo que hace unos 10 años la consiguió en unos 35 mil pesos; no obstante, en la actualidad se cotizan en casi 200 mil pesos.

Sin embargo, aclaró que no es ésta la de mayor valor, pues debido a su idolatría por los personajes hay otras a las que le tiene más estima, como las de Aníbal, Blue Demon o el primer Villano.

Expresando lo afortunado que se sintió al haberla obtenido, el ilustrador dijo que aquella pieza que le costó más trabajo conseguir fue la de El Cobarde, un personaje de Ciudad Juárez que perdió la máscara en la década de los 70, por lo que sus máscaras son “cotizadísimas económica y sentimentalmente, entonces tuve la oportunidad de que me llegara a mis manos”.

Otras de la época de los ochentas y noventas como Canek, Mil Máscaras, Dos Caras, Fishman, Los Fantásticos o Los Cadetes del Espacio, completan esta exclusiva selección de antifaces que antes celosamente ocultaron la identidad de los enmascarados dentro de la cultura popular de la lucha libre mexicana.

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Sobre el porqué de la disminución de su colección casi a la mitad, indicó que se dio porque empezó a “cambiar cantidad por calidad”, vendiendo tres o cuatro máscaras de luchadores contemporáneos para poder comprar una antigua, haciéndose de así máscaras de personajes más reconocidos.

Coleccionar máscaras, reconoció, se le ha vuelto un “vicio”, aunque también señaló que ellas serán una buena herencia para su familia para dejarles estabilidad económica, tomando en cuenta el valor tanto monetario como sentimental que pueden llegar a tener.

“Se te vuelve un vicio. Yo lo vivo de una manera en que es un vicio, casi una enfermedad, pero también es un buen negocio a final de cuentas”.

A diferencia de otros coleccionistas como Cristian Cymet, poseedor de la colección de máscaras más grande de México; Pedro Rosas; o el mismísimo luchador profesional Drago, quienes tienen en su haber más de 2 mil piezas originales, consideró la suya un de las “más pequeñas”, aunque afirmó que continuará buscando ampliar la colección.

“Yo considero en mi colección una de las más pequeñas (…), pero me he esforzado para tener piezas importantes, que me dan la oportunidad de venir a lugares como ahorita y que la gente me haga el favor de venir a conocer mis piezas. Con eso me conformo”.

Flores añadió que después empezar a coleccionar objetos ya no se puede dejar, pero recomendó a quienes gusten de este arte y oficio a documentarse apegarse a gente conocedora, para conocer el bello arte del coleccionismo.

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“Si les gusta algo, sean más caras, sea lo que sea, lo importante es que es una carrera de resistencia, de tiempo, porque es difícil conseguirlas. Si tienes la posibilidad económica te van a llegar más fácilmente, pero tienes que ser persistente y esperar. Si realmente les gusta este rollo, lean, instrúyanse, conozcan, aprendan de la gente conocedora, porque a final de cuentas uno aprende a base de billetazos y qué mejor que se acerquen a alguien que sabe para que gasten menos, aprendan y puedan tener parte de la historia y de la cultura mexicana que es la lucha libre”.

EL APUNTE

Para conocer más del trabajo y colección de máscaras del artista gráfico Bernardo Flores, se pueden visitar sus redes sociales: https://www.facebook.com/ilustradorbernardoflores

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