Fotografía: Especial

Mínimos habitantes de una biblioteca ficticia, mapa posible de la creación

En ENTREVISTA Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Recrear todo un abanico de posibles lecturas en una biblioteca ficticia que emula a algunas editoriales e invita a la narrativa de libros que no existen, de autores que tampoco aparecen en esta realidad, es donde se sitúa Biblioteca mínima, obra del mexicano Alejandro Arteaga que lo hizo merecedor del Premio Bellas Artes de Minificción “Edmundo Valadés” 2019.

Utilizando como recurso narrativo las cuartas de forro —el texto que aparece en la contraportada para invitar al lector a comprar el título—, el libro incluye 33 textos de 33 libros ficticios y de autores también ficticios que dan cuanta de la potente creación literaria con la que cuenta Arteaga y de su conocimiento en las letras con referencias a escritores que sí existen, como Juan Rulfo o Daniel Sada.

En entrevista con LEVIATÁN, el egresado de Literaturas Hispánicas de la UNAM explicó que Biblioteca mínima nació de la obra ganadora del X Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo”, Sick & McFarland. Una novela pretenciosa (Universidad Veracruzana 2006), que escribió en conjunto con Alfonso Nava, la cual habla sobre un par de escritores ficticios y donde en unos de los capítulos se presentan las portadas y contraportadas de los libros ficticios del personaje Douglas McFarland.

Así, en esta obra se despliega una variedad de libros de corte narrativo, algunos relatos otros novelas, de autores que provienen de muchas partes del mundo como Japón, Francia, Alemania, Estados Unidos, México, Argentina y abarcan temas diversos que van desde problemas políticos, novela policial, crímenes, con la coincidencia de que todos se “proponen reducir espacio y aludir a una reunión de obras ideales para mí”, a decir del autor.

En la obra también se incluye la portada ficticia de los libros a partir de imágenes precisas o de editoriales conocidas para hacer más verosímil esa posible lectura.

Actualmente, Lucio Alejandro Herrera Arteaga trabaja en la publicación de su obra Anfiteatro, la cual estará lista a más tardar para inicios del próximo años, una novela de corte policiaco que también fue galardonada con el Premio Nacional de Novela “Ignacio Manuel Altamirano” 2018.

Biblioteca mínima (Rhythm & Books, 2019), será presentada este sábado 13 de junio a las 18:00 horas como parte del festival virtual Libros Adentro que promueve el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) en el marco de la conmemoración del Día Municipal de la Lectura que se festeja cada 15 de junio.

LA BIBLIOTECA FICTICIA

¿Cómo fue el proceso de construcción de la obra?

Me surgió la idea de ampliar un proyecto donde hubiese otros autores inventados por mi con obras ficticias. Traté un buen tiempo de darle un formato que me pareciera más manejable, (entonces) me centré en el género la minificción para armarlo como una especie de libro más estructurado. Me di a la tarea de construir 33 entradas de 33 libros ficticios y de autores también ficticios, excepto por Juan Rulfo y Daniel Sada.

¿De dónde surge la idea de crear toda una biblioteca ficticia?

En algún momento con Alfonso Nava, hace mucho tiempo cuando acudimos a talleres literarios, una idea recurrente era pensar en entradas posibles de novelas precisamente como creadores ficticios y en ese intentar explorar posibilidades, tanto de géneros como de estilos literarios, proviene el estímulo de crear estas posibles obras o trazarse un diagrama de una posible biblioteca.

La minificción no es un recurso frecuente en tu obra, ¿por qué ahora recurrir a ella?

Tú sabes que las cuartas de forros implican, sobre todo hoy en día, que abarquen una página, son textos relativamente breves que intentan ser una invitación a la lectura que ves en la librería (…). A partir de comprimirse, a no salirse de una narración que sea en una sola página, yo traté en este reducido texto de dar una idea para un posible lector contarle un poco de lo que cuenta el libro, hablarle de algún personaje. Esa restricción de reducir el texto alude tanto a una reducción de la breve biblioteca como de los breves recursos que se utilizan para el convencimiento del posible lector.

Con la obra invitas a la lectura, pero ¿qué les dirías a aquellos lectores que se quedan con las ganas de acercarse a estos libros ficticios?

Espero que el lector que se acerca a Biblioteca mínima tenga esa misma experiencia de encontrarse como se encuentra uno en la librería tratando de encontrar un libro desconocido que a uno le agrade (…). Se pretende que el lector pueda sentirse como llevado a la posibilidad de que este libro existe realmente, que con el texto como con la imagen se cree toda la historia de un posible libro.

¿Cabría la posibilidad de que alguna de estas obras ficticias la despliegues en un libro real?

El último libro de esta Biblioteca mínima, “Vidas póstumas”, intenté desarrollarlo también como una especie de vidas de escritores ficticios y me he dado a la tarea de construirla, aunque no se ha publicado, pero nace precisamente de esta indagación que es la Biblioteca mínima.

El Premio Bellas Artes de Minificción “Edmundo Valadés” 2019 fue el que recibió Biblioteca mínima…

Sí, mi apuesta de ocupar los textos de cuarta de forros como minificción era algo que no había visto, entonces al armar todo el proyecto a partir de textos que no sabía si iban a ser considerados minificciones, pues envié el proyecto. Me resultó una gran sorpresa y un gran gusto el reconocimiento a una especie de indagación que hacía en mí mismo para saber si esto era minificcion; con la concesión del premio, el jurado me dio la razón hasta cierto punto, al calificar como minificciones y merecedor del premio al libro.

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