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El carácter psicótico en los cuentos de Eduardo Rabasa

En CAMALEONES Perla Velázquez / Notimex
  • El escritor Eduardo Rabasa presenta su nuevo libro El destino es un conejo que te da órdenes.

MÉXICO.— La escritura y la lectura tienen un carácter psicótico, dice Eduardo Rabasa, porque “al escribir estás imaginando una realidad, un personaje, sus motivaciones y sus emociones, que solo existen en la cabeza del creador y quien después lo vierte en una hoja de papel, pero la misma lectura es lo mismo, porque cuando lees o ves una película te adentras en los personajes que no existen”, afirma el escritor.

    El destino es un conejo que te da órdenes (Pepitas de Calabaza, 2019) es el tercer libro de Rabasa, aunque el primero de cuentos. Procesos distintos al momento de escribir, porque, en entrevista con Notimex, el también editor afirma que los primeros relatos fueron escritos sin la intención de hacer un libro; además pasaron 4 o 5 años entre la creación del primer cuento y el último. Aunque, la mayoría de los cuentos “se escribieron de un tirón”.

—Las dos novelas partieron de una base, supongo que densa, un poco compleja, pero de una idea muy clara en torno a la cual se estructuraba toda la novela y el proyecto. En cambio aquí no, los cuentos fueron una cosa más esporádica, no creo que necesariamente sean más ligeros, pero sí son más enfocados en ciertas situaciones específicas o ciertos entornos que se enfrentan a un suceso específico. Entonces eran ideas que de pronto estaban ahí y se convertían en la necesidad de escribir un cuento.

En los relatos hay un cuento que da nombre al título del libro. En éste la psicosis es el tema principal. Imaginar criaturas que te hablan, como el conejo Frank a Donnie Darko en la cinta que dirigió Richard Kelly en 2001, es lo que le sucede a la protagonista del relato de Rabasa, quien a partir de lo que vive y escucha entiende diversas realidades.

—Para mí, Donnie Darko fue una película muy importante. No la vi cuando se estrenó, la vi hace 4 o 5 años, pero desde ese momento me impactó muchísimo y la he visto varias veces. El cuento que da título al libro es un claro homenaje a Darko, pero también está vinculado, y menos explícito para el lector, a tres muertes muy cercanas que tuve en un periodo muy breve. Entonces es un homenaje a todo ello.

En ambos casos lo que Rabasa buscó reflexionar es en el entorno cotidiano que permea en los personajes:

—Si te fijas, a Donnie Darko desde el principio que se le aparece Frank no se asusta es algo normal y lo incorpora a su cotidianeidad. Para yo escribir, tuve que leer el libro de una mujer que tuvo un quiebre psicótico, ella veía criaturas que le decían lo que tenía que hacer. Es un caso muy límite, porque son experiencias psicóticas alucinatorias, pero creo que funcionan muy bien para indagar en lo que entendemos por realidad. Un poco en la película que cada quien está viendo.

Pero en ambos personajes, el del cuento y de la película, existe un común denominador: la naturalidad de la fascinación por este tipo de personas, quienes, desde el punto de vista de Rabasa, han entendido diversas realidades y no sólo una.

—Donnie es un chavo marginado, raro que ve cosas y que por eso los populares lo bulean, pero él es más interesante que cualquiera de ellos; Donnie, como la chica del cuento, en su locura acaban siendo fascinantes. No quiero trivializar la experiencia de la psicosis, que debe ser complicada, pero literariamente si te permite explorar posibilidades de mundos alternos, que insisto, son mucho más interesantes que lo que nos diría la normalidad.

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