PUEBLA, MÉXICO.- “La clave de todo lanzamiento no está en los brazos, como la gente cree, sino en la cintura. Debes sentir la cintura como un resorte a punto de reventar. Los brazos son importantes, pero se queman rápido”, afirma el campeón mundial de lanzamiento enano.
Con ese consejo arranca Las aventuras de un lanzador de enanos, primera novela de Alejandro Lámbarry (Stanford, 1978) que, con un estilo directo y desenfadado, nos presenta la historia de Tomás Altarde, un mexicano cansado de trabajar de guardia de seguridad en los Estados Unidos que tras una suma de fracasos se convierte en campeón mundial de este peculiar deporte.
“Me pusieron al enano en las manos sin firmar papeles ni entregar nada. Órale, güey, lo más fuerte que puedas. Me fijé en lo que hacían los demás y así, sin explicación ni nada, lo lancé. Pero lo lancé quedito, apenas y voló unos metros.”, confiesa Tomás al revelar su miedo por lastimar al enano Tony, quien en su papel de “bala humana” reclama: “You loser, ¡stronger!, ¡stronger!”
Llena de lucidez, inteligencia, originalidad; cargada de humor negro, ironía, desparpajo, hondura y crítica social, la obra escapa de lo políticamente correcto pues, como el autor dice: “si lo políticamente correcto es a lo más que esta sociedad puede llegar como pensamiento filosófico sería muy triste”.
Doctor en literatura Hispanoamericana por la Universidad de París IV Sorbona, Alejandro Lámbarry es desde 2013 profesor-investigador en el Departamento de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es autor del libro de análisis literario El otro radical. La voz animal en la literatura hispanoamericana (Universidad Iberoamericana Puebla 2015) y el libro de cuentos Testamento de la carne y el espíritu (Tierra Adentro 2005).
EL APUNTE
Las aventuras de un lanzador de enanos, editado por La Pereza Ediciones, se presentará el jueves 7 de marzo a las 19:00 horas en Profética. Casa de la lectura, 3 sur 701, Centro, Puebla. Los comentarios correrán a cargo de Greity González Rivera, José Sánchez Carbó y Alejandro Badillo.