MÉXICO.- El libro “El hámster del presidente”, del escritor Juan Villoro, es una historia divertida para entretener a los niños, que pone en juego el tema de la libertad, entre otros que parecieran para adultos, pero que impactan a los pequeños, como es el caso de la política, explicó el autor.
“Los niños empiezan a ser permeados por la circunstancia electoral, ven que sus papás apoyan a un candidato al que odian los papás de sus mejores amigos, entonces ahí te encuentras con un conflicto entre niños, pues los papás tienen candidatos encontrados”, explicó.
El ejemplar, de 56 páginas, cuenta la historia del “Presidente de la República” que usa un abrigo con 24 bolsillos, el cual no se quita para nada, y un niño inteligente de nombre “Ruy” descubre que eso se debe a que ahí transporta un hámster.
Aunque resulta difícil establecer una explicación confiable para los niños, el autor decidió abordar el tema de la política a un nivel que pueda interesarle a un niño, para lo que se auxilia en sus gustos, sus pasiones, su educación, sus defectos y la manera en que un pequeño puede intervenir de manera directa en algo.
El escrito trató de entrar en relación con temas que están en su universo, como el enigma de decidir, de elegir con responsabilidad, algo muy útil para todos nosotros.
Para tal efecto escogió una mascota especial, porque aunque algunas parecen buenas, solo están engañando; se ven mansas y muerden, incluso hay algunas muy caprichosas o hacen suertes muy inútiles, todo ello reflejado en “Genaro III”, el hámster que en este libro funge como secretario particular del presidente.
“En este libro también se abordan los nuevos partidos y nuevas alianzas, con nombres que tienen que ver con los caramelos y las golosinas y luego la maesnra en que hablan los políticos, que dicen cualquier locura y al final ¡Viva la Patria! y todo lo que dicen es por la patria, pese a que sea delirante, lo cual puede ser interesante para los niños”, añadió.
En rueda de prensa explicó que en la historia, ilustrada por Luis San Vicente, también intervienen los medios de comunicación, la forma en que manejan una noticia o como enfrentan algún tema y se convierten en una especie de utopía e instrumento decisivo para cambiar la realidad.
El autor confesó que una de las cosas más divertidas de escribir para niños es usar el sentido del humor, ya que ellos pueden captarlo, y consideró que los grandes escritores de literatura infantil en México tienen un sentido del humor desaforado.
Consideró que el rango de edad al que “El hámster del presidente” va dirigido es relativo, ya que depende de cada niño pues hay quienes han tenido acceso a los libros y niños que por primera vez leen un libro y tienen la capacidad, inteligencia y conexión con el libro dependiendo del tipo que sea.
Yo pienso que un libro como éstos es para niños seis seis años, es como un plazo político, y porque claro estoy pensando… si tienen seis años ahorita votan dos elecciones después, pero desde luego el hermano de seis años que lo lee con su hermanita de cinco, también le puede entender igual el de ocho se anima y lo lee”, señaló.
Juan Villoro opinó que lo más significativo para estimular la literatura infantil no es imponerla, si no contagiarla, lo cual se logra a través del entusiasmo que otra persona tiene por la lectura; por lo que resaltó la importancia de que no solo se trate de vender libros para niños si no que haya una transmisión de valores.
“Yo creo que lo mejor es cuando una persona que nos quiere, como el abuelo o el hermano mayor, la madre, nos lee un cuento en la noche, o sea compartir la lectura la asocia por primera vez y para siempre como una forma del afecto”, reflexionó.
El escritor, autor de otros temas infantiles como “El taxi de los peluches”, “La gota gorda”, “Cazadores de croquetas” y “La chancha de los deseos”, indicó, a pregunta expresa de Notimex, que México está en un buen momento en cuanto a literatura infantil.
Como ejemplo narró que conoce familias en las que los niños son más cultos porque los adultos, por falta de tiempo o interés, no leen mucho, pero les gusta que sus hijos lean y los llevan a ferias de libros, les compran ejemplares y los leen con ellos, entonces los niños “se pican” y leen por su cuenta.
“En México hay grandísimos escritores como Francisco Hinojosa, que es como nuestro hermano Grimm, ha escrito como 30 libros para niños, todos extraordinarios; Mónica Brozon, los hermanos Malpica, Vivian Mansour y tantísimos que han escrito libros muy buenos. Hay uno aquí Julieta García González de ‘El pie que no quería bañarse’, muy bueno”, afirmó.