PUEBLA.- En la actualidad, sólo el 0.8 por ciento de los escaños legislativos a nivel nacional son ocupados por mujeres indígenas, lo cual pone en evidencia la falta de representatividad de este sector en los espacios de toma de decisiones, fomentado en parte por una discriminación institucional que cada vez se vuelve más evidente, acusó Dulce Patricia Torres Sandoval, representante de la Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas.
Si bien en general los pueblos indígenas tienen problemas para participar en la vida política, para las mujeres es un tanto más complicado pues tienen que enfrentarse al racismo, la discriminación, el patriarcado e incluso la violencia de género en el ámbito político, familiar y comunitario, detalló la abogada originaria de Michoacán al participar en un foro organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) en Puebla.
“Tenemos que entender que las mujeres no estamos participando políticamente cuando estamos haciendo las tortillas”, indicó al destacar la falta de políticas públicas que tengan como finalidad fortalecer la participación política de las indígenas, pues si bien existen acciones afirmativas para abrir los espacios a las ciudadanas en los procesos políticos, falta sensibilidad y capacitación tanto a mujeres como hombres para garantizar que haya una efectiva representación.
“Reconocemos el avance en materia electoral al establecer la paridad de género, y aplaudimos que las instancias encargadas de esto ya han tomado acciones para garantizar que los procesos de elección, incluso los de autoridades agrarias, se lleven a cabo bajo este criterio”, comentó, sin embargo al no haber programas para la sensibilización de la participación femenina indígena se “pone en riesgo la vida y la integridad de las mujeres, trunca las posibilidades de una acción conjunta y de avances significativos en los espacios donde se crean las leyes”.
La responsabilidad no sólo se le puede imputar a las autoridades, pues también al interior de los partidos políticos hay acciones que demuestran la falta de voluntad para apoyar a este grupo vulnerable, continuó la especialista.
“Se maneja sólo de manera utilitaria a la mujer sólo para cumplir las cuotas que los institutos y el código electoral exigen, estableciendo esos espacios para distritos o lugares en donde se sabe que el partido no va a ganar y ahí dejan a las mujeres”, agregó.
Hay otros escenarios en los que no se les dan los recursos necesarios para realizar sus campañas o incluso se registran a mujeres que se dicen indígenas pero que no tienen ninguna conexión o interés con las comunidades y, por lo tanto, no defienden sus intereses.
