Fotografía: Especial

NO ES FICCIÓN, ES ESTADÍSTICA | ¿Cambio de timón?

En COLUMNAS Magaly Herrrera

El mensaje fue devastador. La oficina de la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco no dio crédito. “Son rumores, venganzas políticas y misoginia,” dijeron los asesores. En cada palabra hay un tanto de razón, pero no la suficiente como para desacreditar la noticia: la presidenta más votada de la historia de Puebla se va.

Cuando les informaron que hay un equipo dedicado a medir cada uno de los escenarios en los que se operaría la salida de Claudia, más de uno se echó a reír. Quienes trabajan cerca de la Oficina de Presidencia saben quiénes son y por qué les causa tanta gracia esta versión que, si no posible, es quizá la más discutida después de las elecciones extraordinarias.

El mensaje de AMLO llegó claro después de los fatídicos resultados del 2 de junio. Luis Miguel Barbosa debe gobernar el estado y poner orden en la capital, donde el problema no es la imagen gráfica del Ayuntamiento, la cual fue relanzada por tercera vez el lunes siguiente a los comicios.

En el embolado no está la imagen de una presidenta que prometió gobernar de forma incluyente y que ha quedado a deber bastante. También se sumaron otros factores; quizá el de mayor peso es la polarización política. Y sí, la misoginia en su más profunda representación colectiva le apunta.

Tampoco hay que ser condescendientes: la inseguridad se fue al límite, la maniobra política se redujo a estrategias intelectualoides distantes de la realidad. En términos llanos: les faltó barrio, escuchar y gobernar.

No hay líneas que alcancen para llenar lo que los capitalinos ven mal en el gobierno de la ciudad. Hay estudios en marcha que evalúan cada variable que podría ser impactada si el gobierno municipal continúa. Para ellos no hay duda: si Claudia Rivera sigue en la Angelópolis, Morena pierde en las elecciones intermedias.

Quienes revisan los números y estudios cualitativos sobre la ciudad, proponen tres escenarios que deberán consumarse cuanto antes:

1)         Claudia Rivera se va al gabinete de Luis Miguel Barbosa. Ya casi definen los términos legales para dar esta salida y nombrar a una nueva alcaldesa. Morenista, por supuesto.

2)         ¿Se acuerdan del tema de revocación de mandato que ya no le dio tiempo al Congreso del estado abordar? Pues la bancada panista podría hacerles el gran favor. Y claro, el carro morenista zurciría la llegada de la nueva pieza a integrar.

3)         Un cambio de timón: cambiar al gabinete por un equipo que conozca el ejercicio del poder y dejar a la presidenta municipal sólo para la foto. Por supuesto, ésta es la versión más amable, pero menos convincente, para un grupo de operadores que aseguran tener medido que el problema es ella.

Si en los próximos días un encuestador le llama por teléfono, toca a su puerta o recibe un mensaje de texto para preguntarle cómo evalúa a su presidenta municipal, recuerde esta columna.

Si esta telenovela se consuma, hay alguien que espera para recibir una indicación de relevo.

¿Pistas?

Es una mujer de carácter, conocedora de la política nacional, con una lealtad probada a Luis Miguel Barbosa… ¡Ah! Y una ferviente defensora del maíz nativo.

Los datos que se discuten en la mesa de operadores morenistas no tienen mucho que ver con la ficción, son estadística.

Directora editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla

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