MÉXICO.- Aunque su poesía quedó inscrita en el siglo XIX, la obra del malogrado poeta francés Arthur Rimbaud realmente pertenece al siglo XX, consideran estudiosos de su obra que destacan, sobre todo, lo revolucionario de su lírica.
Para el editor Jacobo Siruela, ese joven feroz revoluciona toda la poesía establecida y representa como nadie la esencia de lo moderno, de lo nuevo.
“Él es un poeta del siglo XX, no del XIX. Pero su grandeza estriba en que abomina de todos los artificios de la cultura, que é llamaba el espíritu de las cosas muertas”.
Rimbaud nació el 20 de octubre de 1854, en la provincia de Charleville, Francia; sus padres se separaron en 1860 y el pequeño Arthur fue educado por su madre, una mujer autoritaria.
Sería en 1870 cuando por primera vez se fugara de su casa, destaca el sitio “Biografías y vidas”, en un texto en el que consigna que tras ser detenido por los soldados prusianos en una estación de París, regresa a la comuna francesa, donde publicó “Carta del vidente”.
La carta describía al poeta del futuro como un “ladrón de fuego” que explora lo desconocido a través de un “largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”.
Se sabe que Rimbaud le enviaba algunos poemas a Verlaine, quien tras invitarlo a París y leer el poema “El barco ebrio”, quedó profundamente impresionado por el genio visionario del joven.
Cuentan que en mayo de 1872 aparecería la tormentosa relación amorosa con Verlaine, que empezó en el Barrio Latino de París y provocó la separación de su esposa Mathilde, para vivir con el joven poeta francés en Bruselas y posteriormente en Londres.
El objetivo, de acuerdo con Rimbaud, era la aventura de la poesía, aunque poco a poco sus vidas se volvieron más caóticas, ya que cada uno mantenía diversas excentricidades.
En julio de 1873, Verlaine huyó a Bruselas, donde buscaba enrolarse con los carlistas, o suicidarse, llamó a Rimbaud, quien lo acompañó pero ante el carácter depresivo del primero, que creyó sería abandonado, le disparó y lo hirió para ser arrestado y encarcelado.
De acuerdo con el periodista cultural Josep Massot, posteriormente el poeta francés se dedicó al tráfico de armas, café y marfil en Harar, ciudad africana de Etiopía.
En esa época, abundan sus biógrafos, se tomó un descanso en Egipto, para luego regresar a Harar, donde prosperaban sus negocios. Pero en 1891, con fuertes dolores en la pierna derecha, volvió a Francia donde le fue amputada. Murió poco después, el 10 de noviembre de ese año, en un hospital de Marsella.
Para los estudiosos, es innegable el valor de su obra, pues jóvenes de todas las generaciones han sido influidos por ésta y por la vida misma de quien es considerado el primer rebelde moderno, “el primer escritor maldito, pasional, imprevisible, nómada de bares, vagabundo por los caminos de Francia, un poeta vidente, reinventor del amor, insurrecto en la Comuna de París”, añade Massot.
La obra completa de Rimbaud fue publicada en castellano por la editorial Atalanta, en octubre de 2016, la cual reúne poemas, variantes, borradores, obras en prosa, cartas, notas, cuadernos, declaraciones judiciales.