PUEBLA, MÉXICO.- La crisis social y económica por la pandemia de covid-19 propició que se diera con mayor amplitud el trabajo, explotación y abuso infantil en el país, por lo que es urgente que tanto gobiernos, instituciones y la población en general tomen medidas preventivas contra esta práctica que afecta a niños, niñas y adolescentes en todo el mundo.
Asilo señaló la especialista en derechos humanos María Elena Guerrero Flores, al dictar la conferencia virtual “Trabajo Infantil en Puebla”, que organizó el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM) como parte de las Jornadas Estatales del Conocimiento y en el marco del Año Internacional de la Erradicación del Trabajo Infantil.
La maestra en derecho constitucional y doctorante en derecho con más de 25 años en investigación de bioética, destacó la importancia de escuchar las necesidades de las infancias para reducir estos actos violatorios de sus derechos humanos.
Explicó que el trabajo infantil es aquel que implica peligro y es perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño, niña o adolescente, además porque le impide no asistir a clases, abandonar la escuela o algunas otras deficiencias en sus estudios.
En su charla transmitida desde las redes sociales del MNFM, abundó que según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Unicef 2021, 8.2 millones de infantes entre 5 y 17 años trabajan en América latina y el Caribe, de los cuales más de la mitad realiza trabajos peligrosos para su salud, educación y bienestar y casi el 50 por ciento lo hace en el sector agrícola.
En este sentido, dijo que paralelamente a la explotación de las niñas y los niños jornaleros agrícolas en los campos, está la desvalorización de la lengua materna e identidad indígena, rezago alimenticio y el acceso limitado al agua potable y la atención médica.
Para el caso de México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (2019), hecha por el Inegi, en todo el país hay 3 millones 269 mil 395 niños y niñas trabajando; con el 18.3 por ciento del total, Puebla es la segunda entidad con la mayor proporción de trabajo infantil en la población de 5 a 17 años, sólo por debajo de Chiapas (21.5 por ciento).
El cierre de centros educativos por la pandemia fueron un factor para que los niños trabajen más horas o en peores condiciones, muchos otros se vieron obligados a laborar debido a la pérdida de empleo e ingresos de sus familias, Tal como lo indica la Unicef y lo como lo confirmó Flores Guerra.
“El tema de Covid-19 ha propiciado que se desarrolle con mayor amplitud el tema del trabajo infantil, ya incluso explotación de los niños no solamente en cuanto a lo laboral y trabajos peligrosos, sino en una cuestión de abuso infantil que los pone incluso en riesgo sexual”.
Entre otros abusos que se cometen contra los niños y las niñas además de la explotación laboral, refirió la prostitución, pornografía infantil, reclutamiento por crimen organizado, la esclavitud, venta y trata de personas con fines de explotación sexual y venta de órganos.
Por otro lado, explicó algunas actividades que no son perjudiciales para las infancias que ayudan al desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, como ayudar en casa, en el negocio familiar, tareas fuera del horario escolar y durante las vacaciones.
Finalmente, dijo que la protección de las infancias está en la Constitución, lo cual obliga a todas las autoridades, los padres y madres de familia, tutores y toda la sociedad en general a protegerlas.
