PUEBLA, MÉXICO.- Museos, callejones, centros culturales, entre otros sitios del espacio público serán el escenario de la obra “El hombre que escuchaba baladas de Alejandra Guzmán”, con la cual el artista escénico Cristóbal Meza Alonso accedió al Programa de Estímulo a la Creación Artística (PECDA), otorgado por el gobierno federal y el Instituto Veracruzano de la Cultura.
“Es un recorrido teatral en el que las escenas ocurrirán en diferentes espacios de la ciudad. La idea es que la obra vaya habitando cada espacio y que el público vaya transitando junto con la obra y se vuelva cómplice”.
Originario de Veracruz y fincado en este estado para continuar con su desarrollo profesional, mencionó que durante la pandemia, al caminar por las calles de Veracruz, recordó el gran amor por su comunidad y quiso habitarlos nuevamente pero ahora desde una manera artística para que otras personas entendieran la forma en que él las ve.
Su historia con el teatro comenzó hace unos 10 años en el Puerto de Veracruz, donde entre otros logros obtuvo el Premio a Mejor Actor de Reparto en un concurso de la Dirección General de Bachilleratos.
En la UDLAP ha actuado en obras tanto de la compañía de Teatro de la universidad como de Teatro Musical, además de haber sido asistente de dirección en algunas obras y dirigido el musical “All shook up”, que se presentó en el Lunario de la Ciudad de México, en Veracruz y Puebla; así como “La acidez de las Mariposas” de Mónica Perea, primera obra realizada a través de zoom y presentada en los espacios virtuales de la UDLAP y la Embajada de México en Houston.
La obra que montará por distintos espacios de la ciudad es de autoría de Víctor Hugo Velo Muruato, un dramaturgo joven que resultó finalista en dos ocasiones del Premio Nacional de Joven Dramaturgia “Gerardo Mancebo del Castillo”, en 2017 por “El hombre que escuchaba baladas de Alejandra Guzmán”, confirmó el integrante del equipo representativo cultural del Teatro de la Universidad de las Américas Puebla.
En la narrativa de la obra, cuatro jóvenes artistas con problemas económicos deciden robar una pieza de arte contemporáneo para venderla y solventar sus proyectos artísticos; así conocen a Gilbert, un sicópata amante de las baladas de Alejandra Guzmán quien los introducirá en un mundo de esnobismo que los hará cuestionar sus visiones sobre el arte actual, la vida, el porno y su trascendencia como creadores.
