PUEBLA, MÉXICO.- Durante el 2020, la infraestructura ciclista del área metropolitana en Puebla se incrementó lo que habría tardado 10 años, al pasar de 40 a 75 kilómetros en tan sólo en un año, de acuerdo con el Laboratorio de Espacio Público en México (LEPMX).
Según la misma organización, actualmente la capital poblana, San Andrés y San Pedro Cholula suman 157.79 kilómteros de infraestructura ciclista de diversa variedad: carriles segregados con materiales diversos (ciclovías), carriles delimitados con pintura, ciclopistas elevadas, ciclopistas recreativas (dentro de parques) y vialidades de prioridad ciclista.
En un documento publicado en diciembre del año pasado (https://cutt.ly/KvfJcxP), el LEPMX informó que tras una consulta ciudadana se pudieron conocer aquellas calles con mayor solicitud para incorporar ciclovías, con lo cual se exhortó al Ayuntamiento de Puebla para la mejora la movilidad sostenible.
Como parte de las intervenciones de esta asociación, se oye concretar el “Plan de Acción para la Movilidad Urbana del H. Ayuntamiento de Puebla”, que propuso un total de 26 kilómetros nuevos de infraestructura (emergente) para consolidar un subsistema de infraestructura ciclista que permita salvaguardar los viajes en bicicleta, pie, transporte público o transporte de carga.
Incluso, se elaboró el Primer Mapa Ciclista Interactivo del Área Metropolitana de Puebla, que indica las rutas de vialidad para personas que utilizan este medio de transporte y el cual se puede conocer desde este enlace: https://cutt.ly/4vfXcwM
PRÁCTICAS NO RECOMENDABLES EN 2017
El análisis determinó que aunque para 2017 se construyeron “parques lineales” que comprenden ciclopistas recreativas y andadores peatonales de uso mixto —como los de la Atlixcáyotl, Osa Mayor, el Parque Lineal Universitario de la 14 Sur y el Parque Lineal Carmen Serdán—, resultaron ser “prácticas no recomendables de diseño urbano”.
El documento advierte que la consolidación del sistema metropolitano de movilidad sustentable tiene diversos retos, entre ellos la integración de instrumentos de planeación que promuevan la movilidad no motorizada para reforzar el diseño vial, la inclusión con la movilidad peatonal y el transporte público hasta el aprovechamiento de las densidades urbanas para mover a más personas en bicicleta.