- La más reciente publicación de la periodista es resultado de una investigación de largo aliento que honra a periodistas mexicanos que dedicaron su labor a visibilizar las injusticias de sus entornos.
MÉXICO.- La organización Reporteros Sin Fronteras colocó a México como el país con mayor número de periodistas asesinados en América Latina durante 2023, y es el país más letal para ejercer esta profesión después de Palestina, una zona en guerra.
Este panorama fue el que hace seis años inquietó a la Mtra. Alejandra Ibarra Chaoul, quien decidió honrar y preservar la memoria de aquellos que dedicaron sus vidas a la información en su libro Causa de muerte: cuestionar al poder. La obra recupera la labor informativa de periodistas locales y ciudadanos en México que fueron asesinados por denunciar las carencias o sinsentidos que padecían sus regiones.
La autora narró a estudiantes de la IBERO Puebla cómo su obra empezó con un caso: Emilio Gutiérrez Soto. “Un periodista mexicano, de Chihuahua. Huyó en 2008 después de recibir amenazas del ejército y se refugió en Estados Unidos, Texas”. Emilio recurrió a Alejandra para investigar su estatus migratorio, y en el proceso de investigación, dieron cuenta de la gravedad del asunto.
“La primera cosa que me llamó la atención fue que era un periodista vivo. No sabía dónde estaba su trabajo, que no había un respaldo sistemático, y que no había forma de acceder a estos de manera sencilla. La pregunta siguiente, inmediata, obligada, fue… ‘Bueno, si este es un periodista en el exilio, ¿dónde está el trabajo de los periodistas asesinados?’”.
Urge un periodismo más humano y empático para fortalecer la cultura de paz
Ahí comenzó un arduo proceso de investigación que recuperó, no solo los casos con sus victimarios, víctimas e indagatorias; la escritora logró plasmar la esencia de estos periodistas y cómo formaban parte fundamental dentro de sus comunidades con su labor de denuncia ciudadana, o a veces solo de acompañamiento a las problemáticas de su municipio.
“La apuesta de este libro es precisamente echar una mirada a qué tienen en común estos municipios de todo el país, donde se pueden dar estos casos de violencia a pesar de no estar conectados”.
Para la autora, la labor de los periodistas ciudadanos o locales es muchas veces menospreciada en la práctica informativa, y este factor condiciona la repercusión que tienen sus muertes. Los casos presentados en este libro tienen en común el vacío que dejaron en sus municipios, y la ausencia de verdad y justicia. Ese fue el caso de Leslie Ann.
“El caso (de Leslie) se resolvió al grado al cual se resuelven los homicidios de periodistas en este país, que es se encontró a los autores materiales, es decir, a quienes […] jalaron el gatillo, pero nunca, y en ningún caso de periodistas asesinados o desaparecidos en este país, sentenció o se llevó a juicio al autor intelectual. Esto significa que no sabemos los porqués, no sabemos si está o no está ligado finalmente al trabajo periodístico”, explicó.
