PUEBLA, MÉXICO.- Tras la restauración del Centro Alfarero del Barrio de la Luz, que resguarda el horno más antiguo de la tradición alfarera en Puebla, artesanos del oficio piden a la comunidad que revalorice su trabajo y estas piezas que forman parte de la identidad de los poblanos.
Recientemente bajo el Programa Nacional de Reconstrucción, el gobierno federal invirtió 2.5 millones de pesos para la rehabilitación de este espacio ubicado en la avenida Juan de Palafox y Mendoza número 1403, un inmueble considerado Patrimonio Cultural de la capital.
“Se ha levantado un poquito la fabricación de las piezas, estamos muy contentos con ese apoyo del gobierno”, señaló en entrevista con LEVIATÁN José Armando López, alfarero de este lugar.
Desde hace varios años, los artesanos pedían la restauración del inmueble desgastado por el tiempo, además de las afectaciones que sufrió por los sismos de septiembre de 2017, principalmente el gran el horno en su interior, el más antiguo en la ciudad con cerca de 200 años y que tiene una capacidad de hasta 2 mil 500 piezas.
A decir de la actual gestión municipal, se realizaron diversas intervenciones estructurales, como aplanado de muros, arreglo de grietas en muros interiores y exteriores, resane de fisuras y repellado en muros de plomo, colocación de piso y pinta de los muros interiores y exteriores.
Asimismo, se construyó un sanitario que será de utilidad para los turistas que se acerquen al inmueble pues, como señaló Armando López, continúan con la esperanza de que este lugar se convierta en un corredor artesanal como lo han pedido por tanto tiempo.
El alfarero recordó que hasta hace unos seis años, este lugar formaba parte de las paradas obligadas de las turoperadoras donde tenían exposición y venta de las piezas, así como pláticas informativas sobre el oficio, recibiendo hasta 20 mil personas por año; sin embrago, con el cambio de gestión municipal quedaron en el olvido y, con ello, se redujeron sus ingresos económicos.
A la de por sí ya complicada situación se sumó la crisis de la pandemia de Civid-19 que azotó al país desde marzo de 2020, pues con el cierre de eventos culturales, fiestas patronales y reuniones familiares, los utensilios de alfarería no fueron necesarios; además, la desconfianza de muchas amas de casa de continuar cocinando en estos enseres por el temor a contaminar los alimentos con plomo, pese a que ellos ya eliminaron de sus piezas los materiales dañinos para la salud.
José Armando señaló que es muy importante el trabajo que han mantenido por al menos ocho generaciones más 15 familias alfareras de la Ciudad, quienes tienen el compromiso de resguardar esta herencia cultural para mantienen vivo el arte de dar forma al barro en ollas, cazuelas, candeleros y muchas piezas más.
Por ello, invitó a la comunidad, turistas y locales, a acercase a conocer la casa de alfareros, sus artesanos y el valor que hay en cada una de las piezas, pues aunque están al centro de la ciudad renuncia barrio emblemático, muchas personas no la conocen.