PUEBLA, MÉXICO.- La guerra, el abandono, el maltrato, la desaparición o la migración son temas que han sido negados a niños y niñas por pensar que no pertenecen al territorio de la infancia. Sin embargo, para el narrador, crítico e investigador venezolano Fanuel Hanán Díaz, la literatura es ese canal que permite hablarles de “la realidad más cruda” de una forma digerible.
“Se considera que la infancia es un lugar protegido, que se debe mantener a los niños en una burbuja y de alguna forma la realidad está allí, con sus asperezas, con sus matices, con sus aristas”.
Así lo señaló en entrevista con LEVIATÁN el escritor radicado en Bogotá, Colombia, durante su reciente visita a Puebla para ofrecer en el Teatro de la Ciudad el taller gratuito “¿Cómo abordar temas difíciles desde los libros para niños?”.
Y es que a decir del especialista en Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil Pedrito Botero, de Medellín, Colombia, por su cuento Hemos llegado a Berlín, los libros infantiles actuales, más que meras formas de entretenimiento, pueden ser poderosos instrumentos para que los menores de edad reconozcan ciertas problemáticas de la vida contemporánea que, además, son capaces de hacerlo.
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Hanán es autor del ensayo Leer y mirar el libro álbum: ¿un género en construcción? (Norma, 2007), reconocido como “uno de los estudios más completos y elocuentes” que ofrece un amplio panorama del concepto de infancia, la producción editorial destinada a niños y niñas, y el género del libro álbum.
Además, de obras como Panorama Breve de la Literatura Infantil en Venezuela (2013), Temas de literatura infantil (2014) y Sombras, censuras y tabús en los libros para niños (2019), éste último compuesto por 10 capítulos donde el autor analiza el concepto de censura en la LIJ en sus múltiples formas.
Fanuel Hanán recordó que basta leer cuentos tradicionales para darse cuenta que en las versiones originales de los cuentos de hadas como de Los Hermanos Grimm o Charles Perrault, existen personajes de la noche, del inframundo, temas “oscuros” de maldad, celos, envidia o la muerte que son parte de la naturaleza humana.
Señaló que el mundo adultocentrista posee el prejuicio de que estos temas no deben ser abordados para las infancias desde los libros; no obstante contenidos de violencia o sexualidad sí permanecen sin filtros y de manera explícita en medios como la televisión, el internet e incluso los videojuegos.
“Vemos este una cantidad de contenidos que aparentemente queremos erradicar de los libros, pero nunca protestamos porque en la televisión hay todos esos contenidos”.
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La literatura posee sus propios recursos para representar la realidad de una manera amable a los niños, como la imagen, las metáforas y el lenguaje simbólico, continuó el editor de la editorial Norma en Colombia y director de la revista Barataria de literatura infantil latinoamericana.
Los niños y niñas, dijo, están completamente preparados para entender la realidad en todas sus aristas: lo más hermoso y también lo más precario; no obstante, hay que acercárselas de un modo sensible desde el cual puedan comprenderlo.
“Si nosotros nos reconocemos con nuestras sombras, con esa parte oscura de todo ser humano (como) deseos ilícitos, celos, envidia, venganza (…). La literatura ofrece maravillosas oportunidades con recursos sofisticados y elegantes que hacen posible acercarse a esa realidad, pero no crudamente ni de manera descarnada, sino con recursos que amortiguan esa realidad y la hacen mucho más entendible, digerible”.
