Fotografía: Magdiel Olano

Literatura fantástica, un acto subversivo de la realidad: Alejandra Amatto

En CAMALEONES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Aunque con narrativas que describen escenarios y personajes imaginarios, la literatura fantástica también tiene un compromiso con la realidad en la que se desarrolla, afirmó la investigadora y académica uruguayo-mexicana Alejandra Amatto.

Y es que más allá de lo que marcan los propios orígenes de este género literario — más bien apegado a un aspecto lúdico, que traspasa las reglas de la realidad y hablando sobre “aquello que no puede ser” como seres imaginarios, o eventos que rompen las reglas del tiempo–, para la especialista también estos tipos de escritos obedecen a un contexto sociocultural específico.

Así lo afirmó durante la conferencia magistral “Casas del vedado, de María Elena Llana: el resurgimiento editorial del fantástico caribeño”, que ofreció en el Teatro de la Ciudad como parte del Coloquio Nacional Narrativas Especulativas de lo Insólito, organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.

“La literatura fantástica no está peleada con el contexto social, la literatura fantástica es en sí misma un acto de subversión de los códigos y modelos realistas que habían impuesto ciertas agendas temáticas y culturales en la literatura de la segunda mitad del siglo XX”, indicó Alejandra Amatto Cuña.

La profesora investigadora del posgrado de Estudios Latinoamericanos en el área de Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recordó que a partir de la segunda mitad del siglo XX se sostuvieron algunos prejuicios sobre el género, entre ellos que se trata sólo un aspecto lúdico, una literatura de evasión mismos que “fomentaron la idea perniciosa de que la literatura   fantástica no iba de la mano de las transformaciones sociales”.

No obstante, las percepciones de orden político ya entrado el siglo XXI, empezaron a modificar cómo se veía la literatura fantástica, también como un medio por el cual se puede reafirmar el compromiso social, la visión de combatir y acompañar en las causas de la comunidad.

Un gran ejemplo de ello, continúo, es la obra de la narradora, periodista, guionista de radio y televisión María Elena Llana (Cuba, 1936), considerada una de las más importantes cuentistas cubanas contemporáneas; particularmente en su libro Casas del vedado, que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica (1984).

Este título, lanzado por primera vez en Cuba en 1983 y reeditado recientemente por el Fondo de Cultura Económica, reúne once cuentos donde los personajes decidieron enclaustrarse como respuesta a las profundas transformaciones de la infraestructura política y socioeconómica que trajo consigo la Revolución.

La catedrática dijo sobre Llana que ha estado dedicada a escribir literatura fantástica desde la publicación de su primera obra “La reja”, lo cual no le ha impedido profundizar también en su ámbito como periodista, por lo que celebró que su obra fuera reeditada para ser mayormente conocida.

“Es importante hablar del rescate y resurgimiento editorial de la obra de Llana porque es uno de los ejemplos emblemáticos para lo que sucede en Latinoamérica y el Caribe, que no se asociaban al género fantástico como una parte sustancial (del compromiso social)”.

Amatto consideró que ya sea desde la obra de Llana o de algún otro autor del género, la narrativa fantástica en algún punto ha logrado tener un compromiso que se establece desde la escritura comprometida que puede, de alguna manera, afrontar el mundo exterior.

“Si se prioriza la idea de que la literatura es también un medio por el cual se puede revelar de alguna forma el compromiso social, la visión de combatir y acompañar a los revolucionarios, y se comienza a entender, con las otras artes, en función de la realidad particular”.

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