PUEBLA, MÉXICO.- Reconocido mundialmente como uno de los autores latinoamericanos más importantes del siglo XX, el escritor mexicano Juan Rulfo tenía la virtud de escuchar, lo que más tarde detonó en él la gran habilidad de escribir las obras icónicas de El llano en llamas y Pedro Páramo.
Al menos así es como lo describió el director, productor, fotógrafo y promotor de cine documental Juan Carlos Rulfo, hijo del hasta hoy considerado un “prodigio literario”, por la construcción de su prosa poética perfecta.
“Mi padre, por alguna razón, tuvo una sensibilidad para escuchar y que se destilara en él una suerte de querer ser escritor”, señaló durante su reciente visita a Puebla para ofrecer una conferencia en la pasada Feria Internacional del Libro de la BUAP.
En diálogo con el poeta, investigador y locutor poblano Juan Carlos Canales, abordó los motivos que lo llevaron a crear la serie documental Cien años con Juan Rulfo, construida en el marco del centenario del autor y con el cual buscó ahondar en la vida del escritor jalisciense y su actividad creativa.
Reconociéndolo como un gran “agente viajero” por haber recorrido el país, el hijo señala de su padre, Juan Rulfo, que fueron las historias de los habitantes de Jalisco las que lo inspiraron a soltar la pluma para, más tarde, conquistar a los amantes de la literatura a nivel mundial.
“Por lo que vemos de su obra, vemos que regresa al sur de Jalisco cuando ya tenía como 18 o 19 años y comienza a escuchar la gente que vivía en esa región, empieza a escuchar las voces de todo mundo y empieza a oír lo que todo el mundo hablaba, de lo que fuera”.
Como ésta experiencia, Juan Carlos Rulfo narra en los siete capítulos que conforman la serie documental “al hombre detrás de las letras, al hijo, al padre, al escritor, al fotógrafo, al viajero, al habitante del México convulso, complejo y fascinante que le tocó vivir”.
Dirigida por Juan Carlos Rulfo y coproducida por La Media Luna Producciones y el Instituto Mexicano de Cinematografía, bajo el guion de Marina Stavenhagen, Rulfo hijo argumenta que la serie de “alguna forma es un pretexto para para ir a buscar todas estas historias, para hablar de la música, del sonido, del viento o del paisaje” que, en algún momento, inspiraron a su padre.
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Como director cinematográfico, relató que es “impresionante” ver sin presión cómo puede impactar en la audiencia “las más pequeñas cosas, los elementos más sencillos”, pues, añadió, “de eso se trata: de salir a la calle y no esperar a que te pongas estos cascos de realidad virtual, sino que busques, veas esta realidad que está allí esperando a que tú le hagas caso”.
Finalmente, dijo que la habilidad escritural de su padre provino en gran parte de capacidad de escucha, una virtud que no cualquier persona adquiere.
“Mi padre se volvió un gran escuchador, aprendió a escuchar y es una virtud que no todos tenemos”.
