PUEBLA, MÉXICO.- “Esta población ha sido engañada por sus autoridades”, aseguró el escritor tapatío Felipe Garrido al señalar que tras pasar 15 años en la educación básica, los niños y jóvenes se gradúan sin que las escuelas hayan sido capaces de convertirlos en lectores que puedan escribir correctamente. Y es que para el incansable promotor de la lectura, más allá de un gusto apasionante por los libros y las letras, la lectura es el medio por el cual México podría aspirar a ser un gran país.
Así lo refirió en su visita a Puebla para ofrecer la conferencia “Las experiencias lectoras”, charla con la que este fin de semana culminó el segundo diplomado de Memoria y Discursos Autobiográficos organizado por el Centro de Lecturas Escrituras y Memorias (LEM), en el centro de la ciudad.
En una entrevista posterior a su discurso, el autor de “Manual del buen promotor” y Premio Nacional de Letras de Sinaloa (2016) destacó que la escuela ha formado principalmente alfabetos no lectores, gente que está alfabetizada pero que no es lectora, que puede leer pero no lee; lo cual ha repercutido, estimó, en una diferencia cercana a una proporción de 1 sobre 35 personas que son lectoras sobre quienes no lo son.
El también ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes (2015) quien ha sido integrante de la Lengua Mexicana de la Lengua, lamentó que los 15 años que los y las niños y jóvenes invierten en la educación básica esté resultando una circunstancia infructuosa, e incluso consideró que ello ha sido un engaño para la sociedad:
“Cuando los alumnos llegan a las universidades en su primer ingreso, podemos comprobar que hay una mayoría que no entiende lo que lee y que no pueden escribir con claridad y corrección . Eso es como engañar a los niños, hacen 15 años en la escuela: 3 de preescolar, 6 de primaria, 3 de secundaria, 3 de preparatoria y después de todo ese tiempo no hemos sido capaces convertirlos en lectores que puedan escribir. Quiero decir que los hemos engañado, que hemos ocupado una parte importante de su vida y que no hemos dado a cambio lo que deberían tener”.
DESPERDICIO DE TIEMPO Y DINERO
El que México sea una población que tenga bajos estándares en lectores, consideró que no solamente significa una limitante en cuanto a formación educativa ya que “el que lee poquito llega a poquito, los que leen más y lo aprovechan pues llegan mucho más lejos”; sino también un desperdicio de tiempo y de dinero que repercute en el retraso del país.
“Formar alfabetos no lectores significa un gran desperdicio de tiempo y de dinero del gobierno, de las familias, de las personas; es como ir al hospital y que no lo curen, uno va a la universidad todos esos años pero no aprende lo que necesita aprender. Yo siento que esta población ha sido engañada por sus autoridades, uno lleva a los niños a la escuela pensando que ahí los van a formar”, dijo el exdirector de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Y continuó, “si queremos algún día ser un gran país —en algunos momentos hemos estado cerca de serlo, ahorita estamos muy lejos—, necesitamos un nivel educativo muy por encima del que tenemos en este momento, y la mejor herramienta para llevar el nivel educativo y cultural de una sociedad, es la lectura, porque una vez que una persona se convierte en lectora puede seguir trabajando por su cuenta, no necesita de maestro, se convierte en su propio maestro y puede dedicar su vida a seguir progresando”.
Como heredero de una familia lectora, Garrido consideró que solamente hay dos lugares donde se pueden formar lectores: la primera sería en casa “si tienen la suerte de estar en una familia lectora”, pues en todo México si acaso los lectores de este tipo son el 11 por ciento de la población.
“Las familias lectoras crecen como familias lectoras, tuvieron padres lectores, abuelos lectores, tatarabuelos lectores y van a tener hijos y nietos y bisnietos lectores, pero son una minoría”.
El segundo sería en la escuela, este sitio donde se tiene la seguridad que es por donde pasa el grueso de la población. En este sentido, indicó que la principal misión de la escuela debe ser formar lectores capaces de comunicarse por escrito, un aspecto que contra lo esperado esta institución no ha logrado cumplir.
“El otro lugar donde se deben formar los lectores es la escuela; en la escuela sí hemos conseguido que la mayoría de los niños en el país asista, entonces ese es el lugar donde hay que formarlos. Un alumno que ha terminado su educación básica debe haber sido capacitados para escribir con claridad y con corrección, y si la escuela no consigue formarlo de esa manera, la escuela ha fracasado, y en este momento la escuela ha fracasado más veces de las que ha acertado”.
CAMPAÑAS DE LECTURA
Sobre las campañas de lectura comentó que si bien son una buena forma de acercar el gusto por las letras a la población, tienen el defecto de que duran poco tiempo, cuando leer es una actividad y “un lector se forma a lo largo de su vida”.
Aún así, mencionó que “no nos preocupemos tanto por quién tiene la culpa sino quién puede remediarlo”, por lo que insistió que es la escuela donde se debe poner mayor ahínco en formar lectores, porque “si trabajamos bien en la escuela, ese número de familias lectoras va a crecer naturalmente, no hace falta forzarlos, la gente se va a interesar más por seguir leyendo toda su vida”.