Fotografía: Magdiel Olano

“El Lenguaje del Afecto”, pinturas novohispanas que se exponen en Museo Amparo

En CAMALEONES Magdiel Olano

PUEBLA, MÉXICO.- Un total de 29 pinturas originales del artista novohispano del siglo XVIII José de Ibarra, están expuestas desde el 4 de diciembre en la exposición “El Lenguaje del Afecto”, en el Museo Amparo de Puebla, y pueden ser visitadas de forma gratuita.

Desde retratos, pasajes, escenarios de arte sacro, y en total 29 obras creadas por el artista entre 1727 hasta 1756, traídas de más de 10 museos, iglesias u organizaciones de diferentes estados del país, se pueden apreciarse en las salas 1 y 2 de dicho museo.

Fotografía: Magdiel Olano

La recopilación de obra corrió a cargo de las curadoras Berenice Pardo Hernández y Paula Mues Orts, esta última como un aporte a su tesis doctoral denominada “El pintor novohispano José de Ibarra. Imágenes retóricas y el discursos pintados”.

José de Ibarra (1685-1756) fue uno de los pintores novohispanos más importantes del siglo XVIII, quien impulsó cambios dentro del grupo de pintores de Ciudad de México, generando un cambio artístico al plasmar la figura humana mediante pinceladas “sueltas y ligeras”, y representar rostros que expresan diversas emociones.

En conferencia de prensa, la historiadora de arte Paula Mues mencionó que la exposición “José de Ibarra. El Lenguaje del Afecto”, se trata de una revisión de la obra del artista que hizo a lo largo de su carrera, y en la que logró plasmar los afectos.

Al destacar que la pintura novohispana tiene una serie de características que han forjado una tradición importantísima, la especialista reconoció la ardua labor de investigación que requirió, pues no existe mucha documentación sobre los artistas virreinales, además de que México no tuvo a bien cuidar los archivos existentes, pese a que José Ibarra fue una figura importante para la época.

“José fue un líder de su generación pictórica, entre sus colegas logró un consenso, lo reconocieron como alguien que hizo cosas por el acto de la cultura, lo reconocieron como un pintor importante y él creyó para que la cultura fuera reconocida como un arte noble, un arte liberal, que se reconociera el estatus de la pintura como una cosa también intelectual”.

Orts dijo que si bien la muestra está conformada por apenas 29 piezas –a comparación de otras que llegan a albergar hasta 200–, ello no disminuye la calidad de trabajo que se hizo, pues ello requirió de una “mirada profunda” para la elección de obras, y con el apoyo de diversas instituciones, organizaciones y museos de diferentes estados del país.

Éstas fueron recopiladas de colecciones de sitios como el Museo Amparo, la Basílica Catedral de Puebla, Biblioteca Palafoxiana, el Museo Nacional de Arte, Museo Nacional de Historia, Museo de la Basílica de Guadalupe, Museo Nacional del Virreinato, Colegio de San Ignacio de Loyola, Museo Virreinal del Exconvento de San Agustín, Convento de Clarisas Capuchinas de Santa María de Guadalupe, Templo de la Santísima de la Ciudad de México, Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Zacatecas y el Templo de San Diego en Guanajuato.

ALEJADO DEL ARTÍFICE RELIGIOSO

Berenice Pardo señaló que con la exposición quisieron hacer ver cómo está constituida, a través de un elemento, la obra pictórica e intelectual de este artista novohispano que trabajó temas de preocupación para la época y que ahora traen a la contemporaneidad para comprenderlo y no verlo no como un artífice lejano con obras solamente de iglesia, sino también para conocer aquellas otras piezas a las que no se tenía acceso.

Destacó como tema central de la muestra, la capacidad de cada pintura de evocar las emociones:

“Una de las preguntas que nos hicimos Paola y yo es ¿qué sentían y en qué intensidad sentían las personas de hace 300 años? Sabemos que no pensaban igual, pero ¿sentían igual que nosotros, en la misma intensidad? Esa es una de las reflexiones que nos llevaron a plantear está exposición, por eso se llama El Lenguaje del Afecto”.

Fotografía: Magdiel Olano

Así, ambas coincidieron en que la intención de conjuntar las piezas de Ibarra en esta exposición fue que las obras dialoguen entre sí y demuestren cómo el artista desarrolló y plasmó en sus imágenes el sentido afectivo.

Destaca que la muestra está dividida en seis núcleos temático: afectos y pintura; en busca de un lenguaje personal; prestigio y patrocinio; academias: estudio de modelos y pasiones; legados pictóricos; afectos: gestos y color.

 

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